Los medios y los días

Ya se cansarán

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19 mar 2019 / 08:20 h - Actualizado: 19 mar 2019 / 08:22 h.
"Los medios y los días"
  • Manifestación independentista el pasado domingo en Madrid. / EFE
    Manifestación independentista el pasado domingo en Madrid. / EFE

Los independentistas catalanes fueron a Madrid a manifestarse el sábado 16 de marzo del año presente. Dice la Delegación del Gobierno madrileña: fueron 18.000. Dicen los independentistas: fuimos 120.000. Dice El País: “decenas de miles de personas”. Dice El Confidencial: 50.000. ¡Carajo! ¡Qué difícil es echar las cuentas cuando no se quieren echar! Los físicos y los matemáticos son capaces de hacer ecuaciones increíbles y en ésta y otras algarabías nadie sabe cuánta gente estuvo.

La cantidad de manifestantes la cuentan los medios según sus intereses. Si es una manifestación contra algo o alguien que esté poniendo en peligro al poder estructural mundial o esté provocando que ese poder se sienta inquieto, cifra única para todos para no sembrar dudas entre los receptores. Si es una protesta coyuntural, unos tiran para un lado y otros para otro, no es baile de cifras porque en un baile se supone que la gente tiene unas normas, es un caos de cifras para confundir a la gente, es decir, no estamos haciendo periodismo, estamos haciendo propaganda, la voz de sus amos.

¿Qué sería periodismo? Pues mire, según los organizadores, la tira de gente, según la policía municipal, chorrocientos mil, según la delegación del gobierno, chorrocientos mil tres y según nosotros los periodistas que hemos hecho nuestro trabajo con cálculos objetivos, alrededor de tantas miles de almas, es decir, en este caso se acerca más a lo periodístico El Confidencial porque El País ofrece un no número: para quedar bien con todo el mundo anota “decenas de miles” que pueden ser desde 20.000 o 30.000 a 99.999.

Pero esto es lo de menos. Lo importante es preguntarse. ¿Y qué van a hacer las autoridades ante tanto personal pidiendo lo que piden? Ah, no sé, ya se cansarán, porque los unos puede que necesiten a los protestones para gobernar y los otros, ¡toma 155!, palo y tente tieso indefinido. ¿Con qué fin? Aún no lo sabemos, yo no lo sé, ojalá lo supiera porque yo quiero que este personal independentista excluyente y anacrónico sea derrotado pero ese 155 parece decir que se implantará hasta que se cansen.

En París, los casacas amarillas (me gusta más que camisetas o chalecos amarillos) salen de nuevo a reivindicar. Dicen que 30.000 en toda Francia y en la capital 10.000. Eso es una porquería de cifra frente a los 8 millones de habitantes que tiene la capital del amor. Pero esa gente pide cosas muy serias y si no salen más puede ser porque teman por su integridad física con la presencia de individuos que van a destrozar enseres públicos, de todos, que ya hay que ser torpes para eso. Separemos la paja del grano, ese gentío exige dignidad en el trabajo, no tiene líderes, no tiene ideología, la mayoría son clase media empobrecida, castigada por el mercado que es como castigarse a sí mismo porque sobre la clase media descansan las democracias occidentales, ¿qué vamos a hacer con estas personas que están hartas de las desigualdades crecientes en la sociedad y de llegar ahogados a fin de mes, algo por cierto bastante común en Sevilla? No sé, ya se cansarán.

Los jóvenes aumentan en número e intensidad su protesta contra un cambio climático que va a afectar gravemente sus vidas y las de sus descendientes, ¿les vamos a echar cuenta? No sé, ya se cansarán. Tal vez cuando les afecte –que ya empieza a afectarles- a los grandes empresarios de turismo se empiece a arreglar algo.

Lo que quiero decir es que el mundo líquido de hoy es un mundo de pollos sin cabeza, la gente va por ahí reivindicando cosas sin la menor articulación entre sus miembros, van a porfía, unos chillan por la mañana y otros al mediodía y así lo normal es que quien corresponda diga “pues ya se cansarán”. Da la impresión de que en el porvenir veremos a esos diez o doce sujetos cada uno con su cartelito –estilo USA- dando vueltas en círculo y protestando cada micro-grupo contra un aspecto como por ejemplo el maltrato al animal hembra como he leído en El Español que protestaba un colectivo creo que en Pamplona. Perdonen pero no he podido evitar una carcajadita. Es que no tengo entrañas.