Yo quería ser Pepe Garcés

Image
30 ene 2019 / 13:35 h - Actualizado: 30 ene 2019 / 13:39 h.

Lo que uno lee de niño permanece en el tiempo. Recuerdo que un año, hace ya demasiados, los Reyes Magos sorprendieron a la breve tropa infantil con una colección de novelas de corte juvenil, seleccionadas de la literatura internacional. ‘Tus libros’ se llamaba. Una de ellas, ‘Las minas del rey Salomón’, terminó de abrir la puerta a un mundo por descubrir, el de la lectura, para un niño que se había construido un mundo interior en el que pululaban sus propios héroes y fantasmas. De ahí a la mejor literatura española sólo hubo un paso: Delibes, Torrente Ballester o Sender cayeron pronto en sus manos. No faltaban en la nutrida biblioteca familiar. ‘El camino’, ‘Los gozos y las sombras’ o ‘Crónica del Alba’ tampoco esperaron demasiado en ser devorados. Había comenzado un tiempo nuevo...

‘Crónica del Alba’ fue un hallazgo para el niño que aún se resistía a ser adulto. La trilogía se inicia con un libro delicioso, Valentina, que forma parte de la memoria sentimental de esa lejana infancia en la que se forjan tantas voluntades y se frustran algunos empeños. La muerte prematura de la actriz Paloma Gómez ha refrescado el recuerdo. Ella fue la encargada de interpretar el inolvidable e intimista papel de Valentina en la adaptación cinematográfica de la novela de Ramón J. Sender. Fue obra de Antonio Betancor en 1982. La música, compuesta por Riz Ortolani, rebrota ahora poniendo fondo sonoro a aquella fábula de amor entre dos niños: Valentina y Pepe Garcés, interpretado por Jorge Sanz. El cine permite soñar; la literatura más. Yo quería ser Pepe Garcés en ese onírico pueblo de Huesca... Quería ser héroe, santo y poeta; aprender de la vida y la tierra con Mosén Joaquín, magistralmente interpretado por Antoni Quinn; vivir una vida que seguramente no era la mía. Ha pasado mucho tiempo ya pero el recuerdo de Valentina, o de la niña que fue Paloma Gómez, ha abierto la puerta del desván de la memoria para enseñar algunos trastos viejos.