No es una buena noticia que Andalucía sea la Comunidad Autónoma en la que se encuentran ubicados un mayor número de personas pobres o en peligro de serlo. Al contrario, es un dato preocupante y perturbador.
La pobreza suele considerarse un problema exclusivamente pegado a lo material de la realidad. Esto es, una persona es pobre si no tiene dinero ni medios materiales para poder sobrevivir. Pero este criterio no puede ser único ni debe servir como herramienta para clasificar a las personas. La pobreza no es solo eso.
La pobreza arrastra al individuo hasta, por ejemplo, las enfermedades mentales, hasta la delincuencia o hasta un territorio en el que no se encuentra una sola oportunidad en el mercado laboral. La pobreza es una carga económica y vital que impide pensar en el futuro como algo que esta lleno de posibilidades. No es un problema solo económico aunque algunos factores de ese ámbito sean una constante.
Además, ¿es más pobre una persona que cuenta con trescientos treinta y dos euros al mes que otra que cuenta con cuatrocientos? Seguramente, tienen un problema similar. ¿Puede ser pobre una persona que trabaja cada día y cobra un sueldo del todo insuficiente? La respuesta es sí.
En cualquier caso, para poder aproximarse al problema, hay que utilizar algunos datos clarificadores: Cerca de un 44 por ciento de los andaluces son considerados personas pobres; cerca del 13 por ciento están cerca de la pobreza expresa y nada menos que el 48 por ciento de menores en riesgo de exclusión social y de la pobreza más extrema.
Estos datos hacen pensar en la falta de valores en buena parte de la sociedad (otra pobreza que no tiene nada que ver con lo material ni se contempla en las estadísticas), una carencia que nos hace mirar el problema con distancia, con excesiva frialdad y un toque de tranquilidad. Y, desde luego, no podemos acostumbrarnos a ser una región del mundo en el que la pobreza sea un problema grave y persistente. Porque es desastroso y demoledor.
Acabar con la pobreza es misión de todos. Una sociedad sana, moderna y comprometida con el progreso y la igualdad social no puede consentir algo así.