Agresión en la universidad catalana

No es nada nuevo que el nacionalismo sea excluyente, sea xenófobo y tienda a dividir sociedades

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08 may 2018 / 22:51 h - Actualizado: 08 may 2018 / 23:10 h.
  • Agresión en la universidad catalana

El pasado lunes en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) unos encapuchados intentaban agredir a un grupo de chicos y chicas integrantes de Joves SCC (Juventudes de Sociedad Civil Catalana) que exponían sus ideas en una de las instalaciones de esa universidad. Según Josep Lago, coordinador de Joves SCC, no es la primera vez que sucede algo así.

La universidad no ha condenado, hasta ahora, este tipo de actos.

No es nada nuevo que el nacionalismo sea excluyente, sea xenófobo y tienda a dividir sociedades. Siempre fue así a lo largo de la Historia. Y no puede tomarse como una anécdota que en la universidad pública, en la universidad de todos los catalanes, no puedan manifestarse los estudiantes de forma libre y plural. En la universidad no caben encapuchados; sí deben tener espacio todo tipo de ideas. Es bochornoso saber que los estudiantes que defienden una ideología impiden que otros se puedan refugiar entre ideas distintas.

Una sociedad que sufre este tipo de actitudes tiene un problema muy grave de convivencia. Ya no se trata de una familia que discute durante la sobremesa sobre si es mejor o no la opción independentista, ya no se trata de un par de amigos discutiendo por sus posiciones políticas, no estamos hablando de los encendidos debates parlamentarios que deben producirse para que la democracia funcione. Hablamos de agresiones, de intentos de pulverizar otras formas de pensar.

El problema en Cataluña se escapa de cualquier lugar en el que la razón ordene las cosas. Parte de la sociedad homenajea a un hombre que representa lo peor de la política, lo más profundo de la corrupción política. Ocurrió el pasado lunes con Jordi Pujol, un acto al que acudieron algunos políticos del PDeCAt y que tenía como protagonista la persona que, en condiciones normales, nadie querría tener como protagonista en un acto de reconocimiento. Es imposible entender lo que está sucediendo en una comunidad autónoma que está perdiendo lo mejor de sí misma a medida que pasa el tiempo. Porque la otra parte de la sociedad catalana está obligada a guardar silencio.

La democracia en Cataluña está en peligro ya que el totalitarismo llega encapuchado. La idea de libertad y democracia se está deteriorando en cada homenaje que se hace a corruptos. Y eso es un problema de una gravedad inmensa, un asunto que puede convertirse en incontrolable. Cuidado.