Aritmética de la emoción

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09 mar 2018 / 00:00 h - Actualizado: 08 mar 2018 / 21:56 h.
"Huelga feminista 8M"
  • Aritmética de la emoción

La grandeza, lo precioso que ha dejado la huelga feminista de ayer, ha sido que no ha finalizado, que se ha convertido en algo que no parece tener fin. Al contrario, se ha instalado en la consciencia colectiva española y en millones de cabezas de hombres y mujeres de España y del mundo entero. Da igual si en una concentración hubo treinta o cuarenta mil personas. Eso carece de importancia porque frente a los sentimientos, frente a las convicciones, frente a la movilización que crece de forma transversal, no hay nada que hacer. Eso arrasa con todo.

Sí es cierto que la huelga feminista de ayer ha dejado una aritmética que resulta, por lo menos, emocionante.

Más jóvenes que nunca en las manifestaciones. Las mujeres del futuro no se han arrugado y han salido a la calle sin pensarlo dos veces.

Menos miedo a sumarse a la huelga del próximo año o a las actividades que se convoquen. Cuando lo que se trata de conseguir es la igualdad o que se acabe con la violencia de género, el miedo no tiene espacio.

Más visibilidad. Por fin vemos a las mujeres como lo que nunca dejaron de ser. Luchadoras, sensibles, trabajadoras, valientes?

Más hombres que han aprendido que eso de ser feminista es lo mismo que desear la igualdad entre todos. Ya iba siendo hora de que se enterasen hombres y mujeres de lo que significa una palabra tan bonita.

Menos miedo a decir «soy feminista». Nadie ocultará ahora que el feminismo forma parte de su manera de entender el mundo.

Más hombres que saben que no solo hay que ser feminista sino que hay que enfrentarse al machismo de forma activa y expresa. La omisión de acción hace de cualquier hombre un machista. Las mujeres se mueven y así mueven el mundo entero. Los hombres en marcha de una vez por todas.

Menos demonios que nunca alrededor del feminismo aunque lo afirme un obispo. Seguramente porque todos los demonios están acompañando a los maltratadores y a los asesinos de mujeres.

Menos miedo a lo que la mujer representa y pide. Porque no se trata de arrancar a los hombres para entregárselo a las mujeres. Se trata de sumar. Más, más y más.

La valentía siempre pareció ser más de los hombres. Sin embargo, después de este 8M, ha quedado claro que es cosa de todos. Ni más ni menos que eso. Y la aritmética invita a seguir emocionados, a seguir un camino que ya está trazado y hay que caminar. Sin miedos, con ilusión, pensando en el futuro de todos. ~