Los autobuses de la empresa municipal de transportes (Tussam) se han convertido en objetivo de ataques de todo tipo. Desde lanzamiento de piedras a agresiones al conductor. Lógicamente, este es un problema que el Ayuntamiento debe afrontar con seriedad y rapidez. Lo que hace meses era una anécdota desagradable y peligrosa se ha convertido, con el paso del tiempo, en una constante. Además, si antes las agresiones se producían en territorios muy concretos, ahora las zonas en las que se han llevado a cabo este tipo de acciones es mucho más amplia.
La ayuda de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado es imprescindible. Su presencia en las zonas más conflictivas debe ir en aumento hasta acabar con unas actividades que se han convertido en un verdadero peligro para los trabajadores de Tussam y para los viajeros que asisten atónitos a lanzamientos de piedras o agresiones a las personas. Solo la presencia policial puede acabar con este problema y evitar males mayores.
El portavoz adjunto de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de Sevilla, Francisco Moraga, ya ha reclamado mayor presencia policial en lugares estratégicos y la instauración de una policía de barrio que, por su cercanía y conocimiento de los problemas localizados en áreas muy concretas, ayude a resolver la situación. Sin duda podría ser una opción.
En cualquier caso, el Gobierno municipal debe afrontar este problema con rapidez. ~