Banco de España: ¿supervisor?

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16 jun 2017 / 23:50 h - Actualizado: 16 jun 2017 / 23:50 h.
"Brexit"
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En la España actual comienza a ser una constante que, tras producirse un desastre financiero o político, nadie da un paso al frente para asumir responsabilidades. Esta vez le ha tocado al Banco de España dar explicaciones sobre la última gran crisis financiera y el resumen fundamental es que, entre 2000 y 2014, los «instrumentos eran insuficientes». Es decir, aunque hubieran querido no hubieran podido detectar anomalías graves.

El Informe sobre la crisis financiera y bancaria en España entre 2008-2014, que firma el propio Banco de España, no asume ningún tipo de retrasos en el análisis pertinente, ni que las medidas adoptadas fueran equivocadas o tardías.

El informe trata de justificar lo que sucedió aludiendo a que el mal fue común y que ningún organismo del mundo fue capaz de predecir la catástrofe financiera. Por otra parte, se afirma que en el caso de España, tanto los bancos como las cajas se vieron afectadas puesto que el problema era sistémico aunque las cajas estaban más condicionadas por el mercado inmobiliario. Se afirma, del mismo modo, que el descalabro que llegó en 2011 fue la causa de un desplome definitivo y que si no se hubiera producido todo hubiera más fácil para una banca que hubiera resistido. Se dicen muchas cosas y no se señalan responsables.

En general, todo pasó porque fue inevitable y nadie puede señalar de forma concreta el núcleo del problema ni a los que los provocaron. Sin embargo, sería muy saludable que la auto crítica fuera la constante y no el intentar justificar lo injustificable. Es muy posible que no exista una sola entidad, una sola persona o una sola actitud, que sean las causantes del problema. Y es evidente que una vez pasado el tiempo los problemas se pueden analizar con mayor tranquilidad y perspectiva. Pero por esa misma razón, políticos, profesionales del análisis financiero y el propio Banco de España, deberían realizar un esfuerzo por asumir responsabilidades. De hecho, el último desastre sufrido por el Banco Popular que se ha producido hace unos días, no es más que una repetición en miniatura de lo que sucedió anteriormente y es un claro ejemplo de lo que ocurre cuando no se aprende de las situaciones vividas anteriormente y de la falta de previsión por parte del supervisor y todos los involucrados.

Una cosa está clara, no puede ser que solo los accionistas o bonistas asuman los daños y que los encargados no se hagan cargo de la parte que les toca. No puede ser que nadie sepa nada una vez que no hay remedio.