Como era de esperar, las negociaciones entre Londres y Bruselas sobre el brexit están siendo lentas y muy difíciles. Apenas han comenzado y algunos escollos parecen irresolubles. Los derechos de los ciudadanos comunitarios tras el brexit es un asunto complicado que ya va tomando forma. La propuesta de Theresa May a los líderes de la Unión Europea es clara: cinco años de residencia en el Reino Unido serán suficientes para que esos miles de ciudadanos conserven su estatus de establecimiento permanente una vez que se produzca la salida del Reino Unido de Europa.
Algo es algo. Pero lo cierto es que medidas como esta pueden verse en peligro. Si la factura que tendrá que pagar el Reino Unido por esta separación de la UE no se asume como una realidad incuestionable, una factura que tiene completamente dividido al Gobierno de May y contrariada a la ciudadanía británica, nada puede salir bien. El problema de manejar mensajes erróneos o falsos y presentarlos como una verdad inmutable es que, si no lo son, el desastre puede ser mayúsculo. Cuando los dirigentes británicos anunciaban un coste cero para el brexit ya sabían que no era cierto y ahora, cuando se manejan cifras que rondan los 75.000 millones de euros, esos mismos dirigentes hablan de extorsión y de una actitud arrogante por parte de la Unión Europea.
May tiene dos problemas de gran envergadura. Por un lado, debe poner las cosas en orden dentro de su partido. Algo como es la salida de la Unión Europea no se puede afrontar con divisiones internas y sin saber exactamente de lo que se está hablando. Por otra parte, la ciudadanía británica debe saber que, por lo que parece, ninguno de sus dirigentes ha sabido detallar, ni en forma de borrador, lo que supondrán para su país las obligaciones presupuestarias que el Reino Unido tiene contraídas y que no ha desembolsado todavía, cómo se resolverán los préstamos o los avales firmados o cómo se abonarán las pensiones de los funcionarios comunitarios, que ni son pocos ni representan un compromiso de futuro poco importante.
Como era de esperar, el Gobierno de May se encuentra a años luz de los líderes de la Unión Europea, como era de esperar el brexit no va a ser tan fácil como algunos políticos británicos anunciaron en su momento de forma irresponsable. Y como era de esperar los avances que se van produciendo, como los referentes a los derechos de los ciudadanos comunitarios que viven en el Reino Unido o los británicos que viven en países de la UE (cabe esperar que se respetarán en igual medida a unos y a otros), están en peligro gracias a una factura que alguien dibujó con un coste cero y que, en realidad, refleja otro altísimo.