El cuento de la lechera

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23 jul 2018 / 23:45 h - Actualizado: 23 jul 2018 / 23:45 h.
  • El cuento de la lechera

Ya que la reforma de la financiación autonómica ha quedado aplazada por parte del Gobierno de España, hasta nadie sabe cuándo, Pedro Sánchez ha preparado una propina para recibir a la presidenta de la Junta de Andalucía en el Palacio de la Moncloa. Quinientos millones de euros más con los que podrá contar Susana Díaz. Trescientos cincuenta son efecto de la relajación de la senda del déficit que supone un par de décimas para las comunidades autónomas y 150 más forman parte de las entregas a cuenta pendientes.

Susana Díaz insiste en que el nuevo modelo de financiación tendrá que traducirse en un incremento de 4.000 millones de euros para Andalucía. Pero de momento se conforma con una propina, un 12,5 por ciento de esa demanda que ha definido como «irrenunciable». Como parece ser que esos 500 millones de euros serán disponibles de forma inmediata, y como todo parece señalar a un adelanto electoral en Andalucía, es posible que con esto el Gobierno andaluz se apañe y pueda vender una idea de unidad dentro del PSOE que, sencillamente, no existe; la idea de un cambio de actitud en el Gobierno de España respecto a la financiación autonómica que tampoco existe (ese Gobierno es el mismo que ha dicho con claridad que aparca el asunto hasta que les dé tiempo a plantearse las cosas con tranquilidad) y, lo más importante, la idea de que un Gobierno socialista en España siempre hace que Andalucía (también con Gobierno socialista) gane en todos los sentidos.

Habrá que estar atentos para comprobar cómo se sustancia este acuerdo entre Díaz y Sánchez, entre otras cosas porque 350 millones de euros –los que llegarían de esa posible relajación fiscal que aportaría una dosis de oxígeno a las comunidades autónomas– siguen sin estar garantizados. Si el Partido Popular decide bloquear el aumento de gasto en las CCAA esos 350 millones no llegarán. Y esta es una posibilidad que va tomando fuerza por momentos.

Por tanto, la promesa de 500 millones sin poderlos garantizar y una reforma de la financiación autonómica que no se sabe cuándo llegará. Muy poca cosa envuelta en sonrisas difíciles de creer.