El Gobierno de Pedro Sánchez tiene mucho trabajo por delante y muchos conflictos por resolver. Pero el más grave, el que parece tener una muy mala solución, es el del independentismo en España. El catalán y el vasco. Venimos advirtiendo en El Correo de Andalucía de cómo crece el problema en Euskadi sin apenas hacer ruido y de cómo allí se está produciendo una copia casi exacta de lo que ha sido el caso catalán.
Se parecen mucho entre sí esos dos movimientos independentistas y tienen sus puntos de igualdad mejor armados en lo más abominable del movimiento nacionalista, independentista y secesionista. Uno de esos anclajes idénticos es el segregacionismo, un arma preferida por catalanes y vascos independentistas. En Cataluña, la ANC estudia si se deben señalar a las empresas que apoyan el movimiento y a las que no lo hacen. Tal y como ya ha ocurrido en momentos terribles de la historia, desde buena parte de la ANC se quiere colocar a los buenos a un lado y a los malos a otro; a los que ellos tienen por buenos o malos. El caso es que se quiere agrupar por una cosa o por la contraria. Ya veremos cómo soluciona este nuevo desastre la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, o, si por el contrario, deja que todo se convierta en un problema incontrolable. Ya veremos lo que hace Quim Torra ante este nuevo atropello.
No resulta extraño que las empresas salgan de Cataluña ante semejante despropósito buscando territorios libres de esta hostilidad tan estéril.
En el País Vasco siguen convocando actos, como esa última cadena humana que tanto éxito ha tenido, para apoyar la causa independentista. Como ocurrió hace algún tiempo en Cataluña. Pero en Euskadi la plataforma Gure Esku Dago utiliza la extorsión de forma descarada al pedir a los empresarios hosteleros el 10 por ciento de la recaudación que se logra el día de la actividad programada y enviando material propagandístico (banderines y cosas similares) que se deben colocar en los establecimientos. No pagar o no colocar la propaganda te señala. También como en tiempos pasados y mucho peores. Porque en el País Vasco se ha sufrido terriblemente por estas cosas cuando ETA mataba y trataba de mandar aplicando sus métodos mafiosos. Más mezquino no puede ser un comportamiento como el de la plataforma Gure Esku Dago o parte de ella. Ni más estúpida e irresponsable la del PNV y la izquierda abertzale apoyando estas cosas.
Todo irá a peor si no se toman medidas urgentes y contundentes, si no se evita que vuelvan las embajadas catalanas y todo aquello que coloca las cosas en el mismo lugar que estaban en el peor de los momentos. El problema es gravísimo en Cataluña y en el País Vasco y el diálogo no solucionará nada porque hablar es una cosa y resolver problemas es otra. Hay que exigir el cumplimiento de la ley, hay exigir un mínimo de lealtad a los políticos sean del partido que sean y defiendan la ideología que defiendan. No pueden consentirse movimientos que agraven el conflicto. De no ser así, en España se vivirán situaciones mucho peores que las ya conocidas. Además, en dos lugares de forma simultánea.