Electricidad a la española

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25 ene 2017 / 07:23 h - Actualizado: 25 ene 2017 / 07:23 h.
"Tarifa eléctrica"
  • Electricidad a la española

En España suceden cosas que, a los ojos de los consumidores, no tienen sentido alguno. Por ejemplo, si el precio del barril de crudo sube, el litro de gasolina sube casi de forma inmediata. Si, por el contrario, ese precio disminuye, la rapidez en la bajada del precio del litro de combustible llega mucho después de lo que cabría esperar mirando el extremo contrario. Otro ejemplo, que se ha convertido en un clásico entre los consumidores, es el del recibo de la luz. Su correcta interpretación en los hogares españoles, por más esfuerzos que se han realizado, sigue siendo una especie de prueba, imposible de superar, para un porcentaje altísimo de los consumidores. Y si la interpretación de la factura es difícil, entender cómo se fijan las tarifas ya parece un ejercicio extraordinario para todo el que lo intenta.

Lo cierto es que el precio de la electricidad en el mercado rondaba los 20 euros por megawatio por hora no hace mucho y, actualmente, ese precio está por encima de los 90 euros. Las perspectivas de llegar a los 100 euros por megawatio por hora son claras. La demanda se ha elevado de una forma muy notable durante estos días en los que el frío, en toda España, es intenso y persistente.

Álvaro Nadal, ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, ha intentado explicar lo que ha sucedido aunque la sensación de inmediatez en su discurso y la falta de profundidad en la explicación, no han ayudado a que se aclaren las cosas. Si la dificultad para entender el recibo es grande parece que la dificultad al explicarlo no es poca o que, sencillamente, es imposible.

Las razones que se manejan al intentar dibujar cómo funciona la fijación del precio de la electricidad en el mercado, son varias. Una es la ausencia de viento. Sin viento, la energía eólica no existe. La otra es la menor producción de energía que generan las plantas nucleares. Al cerrarse dos de ellas por cuestiones de mantenimiento y utilizar recursos que encarecen el producto final, como son el carbón, el gas o el fuel, el precio tiende a subir. Sin embargo, estas razones parece que son circunstanciales. El viento soplará y las nucleares funcionarán a pleno rendimiento antes o después. Sin embargo, el galimatías en las facturas mensuales y, sobre todo, una regulación eficaz inexistente, parecen problemas crónicos que no ayudan a que las familias españolas, muy castigadas por la crisis económica, tengan un respiro.

Ha llegado el momento de dar solución a uno de los problemas más recurrentes de los últimos años. Seguir intentando solucionar algo tan importante con reparaciones menores sin atacar el núcleo del asunto es estéril y sigue costando millones de euros a unos consumidores, los españoles, que pagan por su electricidad mucho más de lo que pagan gran número de europeos.