Igualdad en valor

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27 feb 2017 / 22:20 h - Actualizado: 27 feb 2017 / 22:22 h.
"Empleo"
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El 30 por ciento de los hombres prefieren contratar a un hombre en lugar de a una mujer. Por su parte, a más del 75 por ciento de las mujeres empresarias les resulta indiferente que se contrate a un hombre o a una mujer.

Esto es lo que dice, entre otras cosas, el informe elaborado por el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), el Centro de Estudios Andaluces y la Universidad de Málaga, que se centra en los estereotipos y roles sexistas. El enésimo informe que alerta frente a una situación que no puede sobrevivir a la modernidad y al progreso.

Sin entrar en más detalles que se desprendan de este informe, parece necesario que se establezcan planes con los que se logre que los hombres y las mujeres tengan las mismas posibilidades de conseguir un empleo en igualdad de condiciones; que las diferencias en los sueldos de los hombres y mujeres al desarrollar la misma labor, vayan desapareciendo lo antes posible; que la maternidad no sea una losa para las mujeres trabajadoras (no hace falta recordar que el índice de natalidad en España es especialmente bajo y eso creará problemas en esas empresas que ahora penalizan el hecho de tener un hijo en el caso de la mujer); y que los empleos de carácter indefinido sean accesibles para la mujeres puesto que, ahora, se tienen que conformar en un alto porcentaje con los de carácter temporal o a tiempo parcial.

Parece que es absolutamente necesario que se comience a valorar la posibilidad de convertir la conciliación del trabajo con la vida familiar y la maternidad en un bien social. Siempre lo ha sido y parece muy saludable que se realicen los esfuerzos necesarios de una vez por todas.

Algunas medidas, que se han manejado con frecuencia, son la gratuidad de las guarderías que aliviaran a padres y madres la carga que supone el cuidado de los hijos más pequeños (en España el camino que se tomó fue el inverso ya que las ayudas existentes entraron a formar parte de la tributación en especie; algo que no ayuda en absoluto); la rebaja fiscal a los padres con hijos menores de dieciocho años o la ayuda con mayores ayudas en esos casos; permisos iguales para hombres y mujeres al nacer un hijo (en España siguen existiendo diferencias sustanciales en el caso de hombres y mujeres y son las mujeres las que optan, casi siempre, por hacer uso del derecho); potenciación del teletrabajo como fórmula de trabajo que se va imponiendo en algunos casos aunque no por razón de maternidad o paternidad...

La igualdad de hombres y mujeres en los puestos parece ser un problema enquistado en la cultura empresarial española. Es verdad que se avanza aunque con mucha lentitud. Y un país que quiere ser moderno y competitivo no tiene más remedio que corregir este tipo de anomalías.