El Impuesto de Sucesiones y Donaciones es, para Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), «una zancadilla a la sucesión empresarial». Otra traba para los autónomos, uno de los colectivos más castigados durante los años de la crisis económica.
Ahora las cosas pintan bastante mejor para los trabajadores por cuenta propia. En gran parte gracias a la aprobación en 2013 de la tarifa plana de 50 euros, lo que ha permitido que desde entonces haya crecido hasta un 21,2 por ciento el número de personas que se han dado de alta como autónomos en España.
Pero una cosa no quita la otra. Es cierto que este tipo de medidas disparan la creación de empleos autónomos, sin embargo es crucial no descuidar la situación de un colectivo que cada vez cobra mayor importancia.
En este sentido, el presidente de ATA señaló que el impuesto de Sucesiones no es sino «una losa a aquellos emprendedores autónomos que dejan un negocio de padres a hijos». Cualquier medida que se deja de tomar en beneficio de los autónomos va en perjuicio del empleo.
Lorenzo Amor piensa que esta tasa «debe desaparecer en España». Pero mientras tanto al menos se debería armonizar el impuesto para acabar con las desigualdades que existen entre Andalucía y otras comunidades autónomas. De hecho, es la petición que el propio Amor ha lanzado a la Junta de Andalucía, a la que demanda la bonificación del impuesto al 99 por ciento, como ya ocurre por ejemplo en la Comunidad de Madrid.
Existe una diferencia abismal entre heredar en Madrid o Canarias o hacerlo en Andalucía o Asturias. ¿Acaso son los andaluces o los asturianos ciudadanos de segunda con respecto a los madrileños o los canarios? ¿Qué justifica que los primeros reciban un trato peor que los españoles que viven en otras autonomías?
Para la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, el Impuesto de Sucesiones está bien justificado porque es un impuesto para ricos. Pura demagogia para el presidente de ATA, quien defiende la supresión de un impuesto que perjudica muy especialmente a autónomos y emprendedores, motores de empleo en nuestro país.