TV3 sigue siendo una formidable estructura que no ha dejado de proveer de propaganda a los partidos independentistas. Lo ha hecho durante décadas y es intolerable que siga siendo así. Lo mismo puede decirse de Catalunya Ràdio.
Altos cargos de la Generalitat siguen arrimados a las tesis independentistas y siguen ofreciendo apoyos más o menos velados a políticos y partidos que siguen en la misma posición que antes de la aplicación del artículo 155. ¿Cómo es posible que la jefa de campaña de Puigdemont sea Elsa Artadi i Vila cuando ésta ejerce un cargo de importancia en la Generalitat?
Son muchos los que en Cataluña siguen instalados en el secesionismo y esto es algo que debe resolverse. Antes o después, alguien tendrá que solucionar un asunto que sigue creciendo y, sobre todo, se va consolidando como problema crónico.
Ni la aplicación excesivamente blanda del artículo 155 ayuda demasiado; ni las actitudes de algunos políticos, que ya no saben qué hacer para sumar votos que les lleven a ocupar posiciones de verdadera importancia dentro del futuro parlament, son útiles para construir el futuro de Cataluña. Iceta es el paradigma de político que intenta aprovechar, sea lo que sea que tenga delante, para conseguir un puñado de votos. Esa defensa del indulto para los secesionistas (que no están juzgados) que han destrozado las instituciones catalanas y el estatut (actos criticados con fuerza y convicción por el propio Iceta cuando se produjo el peor ataque a la democracia que se haya conocido en los últimos cuarenta años), es un acto irresponsable de un político que aspira a ser president. Lo único que debería defender el señor Iceta es la vuelta a la normalidad y un compromiso absoluto de los políticos independentistas con la democracia y las reglas del juego que rigen en el Estado de derecho. Y todo parece indicar que los independentistas siguen anclados a sus propias ideas y a los mecanismos antidemocráticos que están dispuestos a utilizar para conseguir sus objetivos.
Es posible que el artículo 155 se tenga que volver a aplicar con mayor contundencia, sin complejos ante los que quieren destrozar nuestro país. Salvo que los resultados electorales sean muy favorables a los partidos constitucionalistas, el problema será idéntico y la solución tendrá que ser mucho más efectiva