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La Cataluña de hoy

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28 may 2017 / 23:20 h - Actualizado: 28 may 2017 / 23:23 h.
"El desafío catalán","Mariano Rajoy","Carles Puigdemont"
  • La Cataluña de hoy

Mientras el resto del mundo sigue avanzando con la cadencia de un metrónomo, en Cataluña siguen retrocediendo a pasos agigantados. Nadie sabe cómo parar algo que no debería haber tenido el más mínimo recorrido pero que, sin embargo, se ha convertido en un asunto más que preocupante.

Los primeros movimientos secesionistas se miraron desde los Gobiernos como si fueran casi una broma de mal gusto. Entre otras cosas porque lo eran. Sin embargo, nadie ha sido capaz de frenar una evolución que resulta mucho más peligrosa que la propia independencia de una Autonomía: ya no se trata de ser independientes, ahora lo que se discute es si los ciudadanos de una región española pueden votar o no para dejar clara su postura sobre algo que les preocupa. Podría parecer lo mismo cuando no lo es.

El discurso planteado sobre el secesionismo implica más a los políticos y a los más radicales, arrastra las ideas al terreno de las inteligencias, de la historia interpretada aunque sea de forma torticera, de la legalidad. En ese terreno el Gobierno de España lo tiene más fácil y podría, haciendo una pedagogía adecuada, ir resolviendo las cosas con el tiempo. La gran torpeza de Rajoy ha sido esa, no hacer frente al problema con las mismas armas y dirigiéndose a ese territorio.

Sin embargo, el referéndum, tal y como está planteándose, atañe a todos los catalanes y a todas las ideologías. Porque ese discurso se ha estructurado alrededor de los sentimientos más íntimos de cualquier persona y, ahora, los catalanes reciben las negativas como imposiciones y un ataque directo a lo que sienten. Catalanes, vascos, andaluces o riojanos, tienen como gran patrimonio su propia libertad y si, sea cierto o no, sienten que se quedan sin ella, todo lo que se plantee parecerá una agresión intolerable. Los catalanes, a estas alturas, lo que quieren es votar porque sienten que es su derecho.

Estos conflictos, que se enmarañan de forma grotesca, solo se pueden resolver con creatividad, con ideas que calen del mismo modo que ha calado esa especie de mantra que es el derecho a decidir (es tal el derecho a decidir que tiene el pueblo catalán que sus representantes políticos deciden, incluso, contra las leyes de los propios catalanes). Tal vez, el Gobierno de Rajoy debería convocar un referéndum en el que participen todos los españoles y en el que se decida si Cataluña debe ser un Estado independiente o no. Ahora, cuando se alzan voces en Cataluña diciendo que ellos son especiales, quizás lo que hay que demostrarles es que, efectivamente, son especiales porque son españoles.

Lo que no puede ser es lo que está pasando a día de hoy. Rajoy ha cometido muchos errores respecto a la situación de Cataluña. Casi los mismos que los políticos secesionistas catalanes. Ha llegado el momento de tomar decisiones que impidan urnas retiradas, protestas callejeras o políticos mediocres convertidos en mártires. Y cada minuto que pasa empeora la situación.