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La cuesta de enero

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10 ene 2017 / 07:23 h - Actualizado: 10 ene 2017 / 07:23 h.
"Economía"
  • La cuesta de enero

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El regreso a la actividad habitual en los hogares, empresas y colegios de toda España marca el inicio de la normalidad en todos los ámbitos. Sin embargo, esa situación, que es repetición de lo que la vida era hace menos de un mes, se ve condicionada por la famosa y temida cuesta de enero. Los gastos durante las navidades han sido excesivos y las cuentas corrientes se han visto debilitadas en buena parte de los hogares españoles. Y también condicionada esa vuelta la normalidad, paradójicamente, con una fórmula comercial que invita a un gasto más: las rebajas de primeros de año.

Durante las navidades se efectúan un enorme número de compras; muchas de ellas compulsivas, muchas de ellas, además, innecesarias; que provocan un desequilibrio en las economías familiares que se arrastra durante buena parte del año. El sobreendeudamiento provocado por el uso de las tarjetas de crédito es notable. Y el margen de maniobra es pequeño cuando la capacidad de endeudamiento de las familias es corto. Las familias españolas comienzan el año con menos capacidad financiera. Esto no es una buena noticia para las empresas ni para los comercios ni para los bares.

Conviene en esta época revisar los gastos para eliminar los que no sean necesarios, ahorrar energía en casa, establecer calendarios de pago de deudas que sean razonables; en definitiva se debe minimizar el pequeño terremoto que han sufrido las cuentas corrientes.

Aunque las técnicas de marketing fueron capaces de poner a disposición del consumidor una alternativa que logra lo que es materialmente imposible en algunos casos: que se siga consumiendo. Este año, según las previsiones, se gastará un 20 por ciento más que el anterior. El gasto por persona llegará, así, a los 103 euros. Las mujeres gastarán algo más de un 5 por ciento que los hombres.

Ahora bien, ante estos movimientos comerciales que demuestran gran habilidad por parte del vendedor y dado el periodo en el que nos encontramos, conviene que el consumidor tenga claras algunas cuestiones que ayudarán a no empeorar su situación financiera. Al menos, en época de rebajas conviene que los productos que se quieran adquirir estén identificados correctamente y se pueda conocer el precio previo (antes de comenzar las rebajas), el descuento exacto en el precio final y qué supone para el comprador adquirir ese producto. Por supuesto, hay que exigir que las calidades sean las adecuadas puesto que la época de rebajas no significa que cualquier cosa pueda venderse por ser más barata de lo normal; no se puede vender un saldo como si fuera un producto normal con precio rebajado.

Las rebajas llegan con menos fuerzas que antes. Durante los años anteriores, el periodo se dilató tanto y se repitió tantas veces el proceso que el impacto ha ido decreciendo entre los consumidores. Ya intuyen que cuando acaben estas comenzarán otras en las que adquirir un producto será igual de beneficioso que en el momento actual. Desde que el Gobierno de España aprobó el Real Decreto-Ley 20/2012 con la que se suprimían los periodos obligatorios en los que los comerciantes debían vender sus productos rebajados, el efecto se ha diluido de forma importante.

En cualquier caso, la cuesta de enero se instala en la vida de los españoles durante el primer trimestre del año. La cuesta es, siempre, algo más prolongada de lo esperado.