La performance de Puigdemont

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07 feb 2018 / 23:45 h - Actualizado: 07 feb 2018 / 23:10 h.
"El desafío catalán","Carles Puigdemont"
  • La performance de Puigdemont

Las propuestas de Carles Puigdemont son, cada día que pasa, más ridículas y más extravagantes. El que fue President y ahora vive como prófugo en el extranjero, está siendo astuto y explota sin límite ese miedo que todas las fuerzas independentistas tienen a ser señalados como traidores a la causa. Nadie quiere cargar con el coste político que tiene decir a Puigdemont que deje de hacer el ridículo y jugar a las repúblicas mientras se encuentra huido de la justicia española. Entre otras cosas porque pone en peligro a todos los que pueden ingresar en prisión si las cosas se vuelven a poner extrañas. Saltarse la ley desde Bruselas es más sencillo que hacerlo estando en España; tomar unas tapas en Bruselas mientras otros se juegan la libertad es muy fácil. Puigdemont ha demostrado ser un cobarde desde el principio aunque, ahora, enseña su frivolidad sin ruborizarse. Ya no hay filtros en el secesionismo.

Ahora, Puigdemont parece que se descuelga con una posible presidencia simbólica de la Generalitat en Cataluña mientras él en Bruselas gobernaría como president legítimo. Más no se puede pedir a un vodevil político de esta categoría.

Según una circular que se debatirá entre los miembros de la CUP, una Asamblea en el exilio sería la «real dirección política» y el Parlament tendría a su cargo las «iniciativas políticas y legislativas» ordenadas por la Asamblea. Por supuesto, ese Govern en Bruselas se dedicaría a internacionalizar la república catalana y estructuraría toda la diplomacia necesaria.

Todo es un insulto a la inteligencia de los españoles. Aunque resulta asombroso que entre los independentistas no causen efectos demoledores episodios como el último en el que se conocieron los mensajes que Puigdemont envió a uno de los huidos a Bruselas.

Y mientras todo esto sigue haciéndose más grande y vergonzoso, los españoles seguimos pagando sueldos a políticos elegidos que no dan golpe, Cataluña sigue inmersa en una parálisis política que impide que los ciudadanos puedan tener un día a día normal.

Habría que preguntarse si la aplicación del artículo 155 de la Constitución ha servido para algo. De momento, un grupo de políticos iluminados y secesionistas no pueden hacer lo primero que se les pasa por la cabeza. Pero los catalanes siguen sin un Gobierno que se preocupe por sus necesidades. Habría que preguntarse si Rajoy tiene un plan con el que estabilizar, de una vez por todas, la situación en Cataluña.

El tiempo sigue pasando y las soluciones siguen sin llegar. El coste económico de todo lo que ha estado sucediendo en Cataluña durante el último año es extraordinario. La sensación de estar a expensas de los caprichos de un grupo minoritario que arrastra al resto comienza a ser insoportable. ¿Dónde están los límites? ~