La política como campo de batalla

Hay que manejar la información con criterio y cierta perspectiva si no se quiere convertir la vida política en un imposible, en un campo de batalla que nadie pueda eludir.

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14 jun 2018 / 23:09 h - Actualizado: 14 jun 2018 / 23:48 h.
  • La política como campo de batalla

No puede ser malo que se intente encontrar la verdad y la decencia en todos los ámbitos posibles de la sociedad actual. Sea quien sea el que lo intente es digno de elogio. Y España, en ese sentido, está evolucionando con rapidez. Nadie discute la necesidad de una regeneración democrática profunda y eficaz. Sin embargo, se comienza a correr un peligro que el conjunto de la sociedad podría ahorrarse. Porque el problema de este proceso estriba en dónde colocar el listón y en quién debe señalar ese lugar exacto que sirva para todos.

Algunos políticos, algunas formaciones al completo, se quieren posicionar en un lugar de privilegio que aporte una magnífica moralidad. Algo parecido a esto. Sin embargo, en ocasiones, se ven obligados a mirar hacia otro lugar puesto que hacen casi imposible que una persona no sea señalada por esto o aquello. El caso de Màxim Huerta es un claro ejemplo de ello al ser víctima de las palabras del propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que afirmó, en 2015, que expulsaría de su ejecutivo a cualquier persona que crease una sociedad para pagar menos impuestos.

Hay que manejar la información con criterio y cierta perspectiva si no se quiere convertir la vida política en un imposible, en un campo de batalla que nadie pueda eludir.