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Lagunas que se rellenan

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29 abr 2016 / 08:22 h - Actualizado: 29 abr 2016 / 08:23 h.
"Distrito Macarena","La Macarena"

Para la próxima primavera deben de estar terminados dos simbólicos proyectos, la peatonalización del entorno de la basílica de la Macarena y la reurbanización de la explanada frente a la estación de Santa Justa para convertirla en un parque, que nos reconcilian con un modelo de ciudad (un concepto gastado de tan manido hace unos años) en el que se visualiza de la mejor manera posible, con hechos, que es el viandante, el ciudadano de a pie, el verdadero protagonista de la calle. Poco a poco, el peatón vuelve a imponerse al coche como máxima referencia, una fórmula que ayuda a hacer una ciudad más amable y de mejor convivencia.

Actuaciones como la de la peatonalización en los alrededores de la Macarena, por pequeñas que sean, suelen tener un impacto considerable porque siempre van a surgir voces contrarias de vecinos que van a tener que cambiar hábitos de circulación asentados durante décadas. Pese a las molestias que ello pueda provocar, la experiencia demuestra que el disfrute de los nuevos espacios acaban acallando las críticas, por muy tempestuosas que sean. Y si reseñable es esta iniciativa junto al arco, más significativa todavía es la actuación en Santa Justa, donde se pretende acabar con uno de los hitos de un tipo de urbanismo que propició la aparición de lo que, eufemísticamente, se denominan plazas duras, enclaves inhóspitos y áridos, inutilizables, que no sirven ni para que jueguen los chiquillos ni para que paseen los mayores. Repartidos por la ciudad hay varios puntos de este tipo, la mayoría con demasiados años a sus espaldas sin que se haya intervenido. Ya va siendo hora de acabar con estas lagunas urbanísticas internas y ganar estos espacios para el disfrute, esta vez real, del ciudadano.