Oxígeno para los pueblos

Es fácil criticar las subvenciones. Sobre todo, cuando no se necesitan. Pero docenas de pueblos, desde el alcalde hasta el último de sus vecinos, tienen mucho que agradecer al antiguo PER

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19 ago 2018 / 23:00 h - Actualizado: 19 ago 2018 / 23:00 h.
  • Oxígeno para los pueblos

Es fácil criticar las subvenciones. Sobre todo, cuando no se necesitan. Pero docenas de pueblos, desde el alcalde hasta el último de sus vecinos, tienen mucho que agradecer al antiguo PER y actual Pfoea, que solo en los últimos meses ha regado la provincia con el maná de más de 350 obras que dan vida a los pueblos, a sus parados y a sus esperanzas. Tiene razón el presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, uno de los paladines de la idea, cuando propone con otras palabras que no solo se dé pescado para comer un día sino que se enseñe a pescar para comer todos los días, como decía aquel viejo refrán. Aparte de asfaltar calles, reparar colegios y adecentar parques a discreción, hace falta una planificación más ambiciosa e inteligente que sea verdaderamente regeneradora y que redunde en la creación o el mantenimiento del empleo, asociado por ejemplo al turismo, sí, pero también y sobre todo al mantenimiento de la esencia de los pueblos andaluces, al aprovechamiento de un potencial que merece mejor futuro que languidecer esperando la ayuda del cielo.