Política sin control

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14 jul 2017 / 22:46 h - Actualizado: 14 jul 2017 / 22:48 h.
  • Política sin control

La línea ideológica que quiere marcar Pedro Sánchez para diseñar el fututo del PSOE no es la misma que quiere trazar el PSOE andaluz. Al menos, en lo que se refiere a la idea de España, a su unidad incuestionable. En este aspecto, no caben palabras que, en realidad, no significan nada y que solo irán llenándose de contenido a medida que alguien se invente una forma de hacer política que va de un lado a otro sin control alguno.

¿Qué es eso de «estado plurinacional»? Tal vez nadie pueda definirlo con exactitud aunque el PSOE-A sí sabe que no quiere que aparezca en el documento marco que será presentado en el próximo Congreso regional: ante el «debate actual de reformulación del modelo territorial del Estado, el PSOE-A tiene meridianamente claro que el modelo futuro debe seguir siendo un modelo territorial que garantice la igualdad de los territorios». Es verdad que no han podido resistir la tentación de inventar un concepto extraño que han llamado «modelo federal cooperativo». La política actual tiende a ser una fábrica de eufemismos, de expresiones 2.0, que resultan un acomodo para los que no terminan de conocer fórmulas exactas con las que poder llamar a las cosas. Y el PSOE-A no es una excepción, pero al independentismo no se le cede, desde esa federación, ni un milímetro; ni siquiera un término sin contenido.

Susana Díaz ya dijo en su momento: «Me siento muy cómoda con el artículo 2 de la Constitución». Está claro que sigue siendo así aunque enseñar una fractura evidente no conviene a nadie y el guiño del «modelo federal cooperativo», sea la que sea, puede evitar un primer encontronazo serio con Ferraz.

Si alguien pensó que, tras las primarias, todo era tranquilidad en el PSOE, tenía una percepción equivocada del asunto. Lo difícil comenzaba el día que Pedro Sánchez era elegido secretario general de su partido porque su postura, personalista y difusa en lo elemental, se radicaliza a pasos agigantados.

Cuando se trata de ideologías que se manejan con cierta altura de miras, cambiar a las personas es muy complicado. Ese es el caso de Susana Díaz. Cuando se trata de buscar un hueco en el poder y, de paso, buscar una ideología que te presta un socio (el que al mismo tiempo procura destrozar tu partido en beneficio propio), cambiar las ansias alejadas del bien común es muy complicado. Este es el caso del secretario general del PSOE.

En el PSOE sigue habiendo un enorme problema. Cuanto antes lo asuman antes podrán solucionarlo. ~