Subidas que no se notan en el bolsillo

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17 abr 2018 / 23:45 h - Actualizado: 17 abr 2018 / 23:04 h.
  • Subidas que no se notan en el bolsillo

El FMI aumenta el crecimiento de España al 2,8 por ciento en 2018. Una excelente noticia aunque llegue matizada con el aviso de una deuda pública muy preocupante y un mercado laboral irregular que no ofrece excesivas garantías y podría ser un lastre insoportable. Sin embargo, algo no termina de funcionar cuando estos datos, estas alegrías, estos análisis tan optimistas, no terminan de dejarse notar en los bolsillos tan fatigados de los españoles.

Efectivamente, de nada sirve que los datos macroeconómicos sean estupendos si los puestos de trabajo que se crean son temporales y ofrecen, además, una remuneración que convierte en trabajadores pobres a los que desarrollan una actividad que no les permite cubrir sus necesidades primarias. Algo pasa cuando en España se vive de los grandes números y de la resolución de los grandes problemas y no se hace lo mismo con los de los ciudadanos. En realidad, el paro es un problema que se contempla de forma colectiva, pero afecta a personas de forma individual. No hay forma de solucionar este asunto con solvencia. Por su parte, el gobernador del Banco de España ha vuelto a decir que las pensiones están en peligro y que, si no hay más ingresos, los pensionistas perderán poder adquisitivo, que no hay remedio a la vista. Otro problema que afecta a personas y que no parece tener solución.

Las alegrías que nos envían desde el FMI lo son, pero menos.

Desde este martes, se habla en Washington de lo bien que van las economías, de la potencia de crecimiento de la economía global. Y con un tono más moderado de lo que sucederá a medio plazo. Porque no parece que nadie se pueda atrever a realizar afirmaciones sin riesgo a equivocarse cuando se refiera al medio plazo.

Es fundamental que el Gobierno busque fórmulas adecuadas para que la recuperación llegue a los hogares españoles con la misma contundencia que parece que llegan a eso que se le llama mercados. No hay otra forma de progreso.