Sigue abierto el debate sobre si en Sevilla el número de efectivos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado son los adecuados o son insuficientes, sobre si los planes de seguridad son homogéneos y coherentes para dar cobertura a la totalidad de la ciudad.
Si fijamos la atención en las protestas que se están produciendo en el barrio de Torreblanca, todo hace pensar que los planes de seguridad para la ciudad de Sevilla no están diseñados a medio o largo plazo sino que tratan de atajar los problemas cuando el índice de robos, asaltos, etc., crecen de forma puntual en los barrios más castigados por la delincuencia.
Si es verdad que estas carencias se están produciendo, tienen razón los vecinos de Torreblanca, que se concentraron hace unos días para pedir un plan de seguridad estable, al exigir soluciones definitivas, ya que pagan sus impuestos como cualquier otro sevillano.
Una ciudad como Sevilla, que lucha por conseguir que el turismo crezca y se convierta en fuente importante de ingresos, que lucha por poder presumir de ser una las mejores ciudades del mundo; no se puede permitir dejar algunos barrios sin una cobertura policial suficiente. Sevilla está formada por todos sus barrios sin excepción, Sevilla y los sevillanos forman un todo que merece atención de las administraciones por igual. Cuidar de las zonas turísticas de forma especial puede tener sentido si todos los barrios son mínimamente seguros. De nada sirve cuidar lo que ven los de fuera si parte de los ciudadanos tienen que protestar por falta de seguridad en las calles.
Cinco atracos con violencia a establecimientos en diciembre y uno, a una farmacia, en la tarde del 5 de enero coincidiendo con la Cabalgata de Reyes, han sido motivo suficiente y, lógicamente, justificado, para que más de quinientas personas se concentrasen en el paseo del Canal de los Presos y pedir que la Policía de barrio sea una realidad que se extienda en el tiempo y no durante un pequeño periodo. No parece que se pida nada que no sea normal para un barrio como el de Torreblanca que, como todo el mundo sabe, tiene unas características muy concretas.
Las protestas parece ser que continuarán hasta que el compromiso de las autoridades sea firme y la solución se materialice en forma de lo que se conoce como policía de barrio.
La seguridad de una ciudad como Sevilla es fundamental para que el normal desarrollo de su actividad se pueda producir sin alteraciones que impidan una convivencia tranquila. Sin un plan que garantice eso, en todos y cada uno de sus barrios, es imposible que se llegue a un nivel de normalidad aceptable.
Sevilla es una ciudad relativamente segura. Eso es cierto aunque lo importante es que lo sea en cada calle de la ciudad sin excepción alguna.