Los últimos datos que presenta la encuesta publicada por el CIS son, para muchos, los esperados, los que necesariamente se conocerían después de que la vida política se viera trastocada con la dimisión de Pedro Sánchez como secretario general del Partido Socialista Obrero Español.
El PSOE tiene por delante un difícil y arduo trabajo que consiste, sobre todo, en hacer pedagogía entre sus afiliados y sus votantes explicando qué es lo que ha ocurrido durante los últimos tiempos. Y una labor, fundamental, que busque la recuperación de los votos perdidos. Son miles e imprescindibles para que esta formación política tenga margen de maniobra frente a los próximos compromisos electorales que se irán produciendo en el futuro.
El problema para esta formación política es no saber de qué tiempo dispone para asentar posiciones ideológicas, para reconstruir todo aquello que sea necesario, para reparar un edificio que tan solo hace unos años parecía sólido y prácticamente intocable. Por tanto, la solución es que la legislatura sea estable, que las bases del partido asuman las nuevas propuestas como propias y que los cimientos ideológicos vuelvan a ser tan robustos como para soportar un futuro político difícil e incierto. El PSOE necesita ideas y un liderazgo que ordene las cosas con tanta rapidez como solvencia.
Por su parte, el partido liderado por Pablo Iglesias llega a la segunda posición en intención de voto, según la encuesta del CIS. Contaría con, aproximadamente, un 22 por ciento de los apoyos en las urnas. No parece que sea demasiado tras el movimiento que integró a Izquierda Unida y la caída en intención de voto que ha sufrido el PSOE. Una subida tan poco sustancial indica que Podemos no está siendo capaz de aprovechar la fuga de votos del PSOE. No deja de ser esta una buena noticia para los socialistas españoles. Si al PSOE le hace falta tiempo a Podemos parece sobrarle dado que, a medida que pasan los meses, se va demostrando que alguno de sus miembros tiene entre manos asuntos algo dudosos que no se terminan de explicar, su estructura ideológica sigue sin definirse y que lo que han construido carece de una base suficiente como para aguantar así eternamente.
Los partidos nacionalistas mantienen, poco más o menos, sus posiciones. Ciudadanos, también. Habrá que estar muy atentos a los movimientos que realicen, sobre todo, el PNV y Ciudadanos porque tendrán gran importancia política durante esta legislatura y provocarán enormes y decisivas modificaciones en el mapa electoral. El PNV será pieza fundamental en la gobernabilidad del PP durante los próximos meses. Ciudadanos con el acuerdo firmado con el PP ya es una formación de gran importancia en el panorama político actual.
El PP, por encima del 34 por ciento en intención de voto, es el partido que mejor ha rentabilizado los males ajenos y, de paso, la incapacidad del resto de formaciones para agravar sus crisis internas. En este sentido es donde más se ha notado la debilidad actual de, por ejemplo, el PSOE. Con los casos de corrupción que está sufriendo el PP no han sido capaces de arrebatar votos al partido de Mariano Rajoy. Algo insólito e improbable en condiciones normales.
Queda por delante un periodo en el que los pactos serán vitales, el diálogo obligado y la posibilidad de hacer política de altura una realidad. No debería ser esta una posibilidad que se desperdiciase por parte de ninguna de las partes.
Ya veremos.