Un problema irresoluble

La suma de política y compañías eléctricas se ha convertido en un problema que parece irresoluble

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10 sep 2018 / 22:30 h - Actualizado: 10 sep 2018 / 22:30 h.
  • Un problema irresoluble

El precio de la luz sube y lo seguirá haciendo de aquí a final de año. Y no sube poco. En agosto, el incremento ha alcanzado el 35 por ciento respecto al mismo mes del año anterior.

Una de las razones que se maneja para explicar estos aumentos suele ser la demanda energética extraordinaria en Asia que hace que se encarezca el carbón, el gas y el petróleo; subida que arrastra al resto de elementos que componen la ecuación de la que se termina obteniendo el precio final de la luz. La baja producción nacional de energías renovables durante el periodo estival es el factor local que parece más importante para poder explicar un precio altísimo que nadie termina de comprender. No parece tener límite una subida de precios que rondará el 15 por ciento a final de año.

Si solo afectasen factores como estos al precio de la luz, la explicación sería sencilla y la valoración o el control podrían producirse por tratarse de datos objetivos. Sin embargo y por desgracia, en España existen factores políticos de los que depende el recibo de la luz. Los distintos gobiernos han ido tomando decisiones y han convertido el precio de la luz en una verdadera pesadilla. Por otra parte, las compañías eléctricas son muy importantes puesto que su peso económico es brutal y su importancia estratégica indiscutible. La suma de política y compañías eléctricas se ha convertido en un problema que parece irresoluble.

El resultado es que los españoles pagan un recibo de la luz que solo se supera en Irlanda y Bélgica. Que el 64 por ciento de esa factura tenga que ver con decisiones políticas y que existan 20.000 millones de euros de déficit ocultos, no parece que ayude mucho. Que las compañías eléctricas tengan una cuota de poder tan abrumadora tampoco parece que sirva para solucionar el problema.

Ningún Gobierno en democracia ha sido capaz de solucionar un asunto que convierte a España en un país con menor productividad y empobrece a las familias. Y, desde luego, el actual, con 84 diputados, ni se lo podrá plantear con mínimas garantías. Otra razón más por la que el adelanto electoral sería más que saludable para todos los españoles.