Una regeneración transversal

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10 jul 2018 / 21:19 h - Actualizado: 11 jul 2018 / 10:18 h.
  • Una regeneración transversal

La regeneración democrática es un proyecto transversal y afecta a todos los partidos políticos. Hay que entender que esa regeneración se refiere a lo que ya ha ocurrido, a todos los casos de corrupción que hemos padecido los españoles, a todos los escándalos democráticos que aún se sufren en España (¿Cómo es posible que alguien que trabaje siga siendo pobre? ¿Cómo es posible que el alquiler de viviendas no sea una opción de vida duradera y se haya convertido en un auténtico calvario para los grupos sociales más desfavorecidos? ¿Cómo es posible que algunos sigan metiendo la mano en la caja?). La regeneración democrática ha de consistir en evitar esos viejos y tóxicos errores. Pero, también, los que están por venir.

Hasta ahora parece que los grandes villanos son los políticos del Partido Popular y los del Partido Socialista Obrero Español. Es lógico puesto que han sido los que han gestionado los dineros públicos y han tenido acceso a fondos de todo tipo y a trampas, trucos y artimañas, para convertir todo en un enorme mercado en el que algunos de esos políticos fueron los reyezuelos. Pero que nadie dude de algo que llegará o que ya está llegando y afecta a nuevas formaciones políticas que podrían estar en peligro. Hace unos días, por ejemplo, se conocía el caso de corrupción que implicaba al alcalde de Arroyomolinos. Ese alcalde es miembro de Ciudadanos. Todos los políticos deben entender que la regeneración democrática es algo que afecta a la política en su totalidad. Y no se puede señalar al contrario sin mirar antes lo que está pasando en la casa propia.

Lo directivos de la Fundación Fondo Andaluz de Formación y Empleo (Faffe) convirtieron esa entidad en un enorme núcleo de corrupción. 300 millones de euros de todos los andaluces fueron malgastados y parte de esos fondos fueron dilapidados en prostíbulos. Ahora sabemos que el dinero que debería haber servido para formar a las personas desempleadas de Andalucía se quedó, en parte, en un club de alterne. Por tanto, el señor Sánchez debería entender que cuando exige una gran regeneración democrática está hablando de su propio partido. Igual que la señora Díaz, igual que los candidatos a la presidencia del PP o los líderes de Ciudadanos o Podemos. La corrupción es, lamentablemente, un problema transversal. La regeneración democrática debería ser una solución integral y tan definitiva como deseada.