La principal organización nacional e internacional de defensa de las aves, la Sociedad Española de Ornitología SEO BirdLife, arranca todos los años poniendo el foco sobre alguna especie que representa una señal de alarma en nuestras relaciones con las aves.
Así, el año pasado llamó la atención sobre la situación del sisón, un ave propia del mundo agrario, donde la SEO BirdLife detectó una regresión de las poblaciones de las 25 especies asociadas a medios agrícolas, con una disminución del 23 por ciento de la población global en menos de dos décadas, entre 1998 y 2015. Algo se está haciendo mal en el mundo agrario si no se oye el silbido de este ave en los cultivos, era el mensaje que caló en la sociedad. El año anterior, en 2016, el ave del año fue el gorrión, el ave tal vez más urbanita de todos los tiempos que, sin embargo, se estaba convirtiendo en la primera víctima de la elevada contaminación de las ciudades y de la progresiva regresión de la arboleda urbana y la reducción de espacios verdes y jardines, entre otras causas.
2018 es el año de la lechuza. Según la SEO BirdLife, «la situación de la lechuza evidencia algunos de los problemas sociales y ambientales que atraviesa el medio rural». Los datos que presenta la principal organización ornitológica nacional son alarmantes: «En la actualidad, la especie sufre un declive de sus poblaciones del 13 por ciento aunque en algunos puntos de España llega al 50 por ciento». La lechuza común es una de las aves nocturnas que se incluyen en el programa de ciencia ciudadana de SEO BirdLife. Gracias al trabajo de los 450 voluntarios que recogen datos cada año, ha sido posible determinar su declive poblacional, cifrado en un 13% respecto a 2005. Por zonas, Andalucía se encuentra en el territorio donde el descenso de individuos es especialmente significativo, llegando a verse mermada hasta la mitad de la población. Se trata de la parte del país denominada «región mediterránea sur», que además de Andalucía abarca Castilla-La Mancha, Murcia, Comunidad Valenciana, Islas Baleares y parte de Aragón, Madrid, Cataluña y Extremadura.
Como ocurrió con el sisón común en 2017, el ave de este nuevo año es fiel reflejo del mal momento que sufre la avifauna ligada a las zonas agrarias y que, entre otras cuestiones, evidencia problemas como la pérdida de hábitat, los efectos del actual modelo agrícola o el despoblamiento rural. La lechuza común esta dejando de ser tan común en el campo: «Se la ve menos, se la oye menos; ocurre lo mismo con los insectos; con los roedores; con los paisajes y con el paisanaje», señala la directora ejecutiva de SEOBirdLife, Asunción Ruiz. Según la responsable de la SEO BirdLife en España, «la mala situación de la avifauna agraria es un aviso para fortalecer social y ambientalmente al medio rural». Una cuestión que no se circunscribe sólo a los pobladores rurales sino que como asevera Asunción Ruiz, «nos atañe a todos». «Desde las administraciones y fuerzas políticas, que este año han de establecer la hoja de ruta para que España se enfrente al cambio climático y deberán definir el futuro modelo de la Política Agraria Común (PAC), a los consumidores», explica. Y es que también podemos ayudar a la lechuza con las elecciones de nuestra cesta de la compra.
Una de las principales causas del declive de las poblaciones de lechuza común es la radical transformación del medio agrario, «cada vez más alejado de los paisajes que mostraban un mosaico de cultivos adaptados a la realidad hídrica de cada zona», explican desde la SEO BirdLife. En efecto, la lechuza es una víctima de un medio agrario que está más centrado en grandes extensiones de monocultivo excesivamente basadas en el regadío, que es el que da mayores beneficios agrarios. «Este cambio de paradigma, unido al empleo generalizado de plaguicidas y rodenticidas, contribuye a la pérdida de biodiversidad en el campo y a su contaminación», explica la organización ornitológica. Hay menos diversidad de hábitat, menos insectos, menos roedores y, por tanto, menos alimento para las aves agrarias, que además sufren envenenamientos secundarios.
Esta realidad lleva aparejada un continuo despoblamiento rural que también afecta a las aves ligadas a entornos con presencia humana. Por ejemplo, las lechuzas pierden lugares tradicionales de nidificación como campanarios, caseríos o granjas.
Mejorar las poblaciones de lechuza pasa por una mejora de la biodiversidad en el medio rural. Algo que aunque cae por su propio peso, supone un auténtico reto, ya que, como indican desde la organización ornitológica «intervienen múltiples factores». Sin embargo, en el terreno legislativo en los próximos años se van a aprobar normas que podrían crear el marco adecuado para revertir esta alarma que da el declive de la lechuza. En este año se espera que el Congreso de los Diputados apruebe la Ley de Cambio Climático, que tendrá también impacto en la configuración del medio agrario. La reforma de la conocida PAC es otra herramienta normativa que debería afrontar el reto rural. También este año se abre el proceso de revisión de la Directiva Marco de Agua, un instrumento comunitario crucial que tiene gran impacto en la configuración de nuestros campos.
La elección del ave del año se lleva a cabo mediante la votación popular que desde hace ahora 30 años, SEO BirdLife lanza para elegir a la protagonista de esta campaña. En esta edición de 3.796 socios y simpatizantes han mostrado sus preferencias para elegir la especie sobre la que consideran que debe hacerse una llamada de atención debido a su mal estado de conservación. La votación se focalizó en tres candidatas: la lechuza común que obtuvo 1.719 apoyos, el chorlitejo patinegro 1.134, y el alimoche común 943.
DIEZ CURIOSIDADES
Al igual que otras especies de búho y de cárabo, la lechuza común ha vivido en los últimos años su minuto de fama gracias a la saga de Harry Potter. Pero lejos de haberle valido a esta especie para mejorar su valoración social, su presencia en la gran pantalla ha propiciado el aumento del comercio ilegal de la especie en algunos puntos del planeta, como el sudeste asiático. Sin embargo, el servicio postal de la saga de Harry Potter no son sólo lechuzas sino toda clase de rapaces nocturnas. De hecho, la lechuza del mago más famoso del siglo XXI, Hedwig, no es una lechuza sino un búho nival.
1. ¿Las lechuzas son búhos? Los búhos, las lechuzas, los mochuelos, los autillos o los cárabos pertenecen al mismo orden de aves, los estrigtiformes o rapaces nocturnas. Este orden se divide en dos familias, los titónidos o lechuzas; y los estrígidos (Strigidae), que incluye al resto. Así que no, las lechuzas no son búhos.
2. ¿En qué se diferencian las lechuzas de los búhos? Depende de la especie. Si hablamos de búho real, el más común en la península, la diferencias fundamentales están en los ojos –amarillos en el caso del búho, negros en el caso de la lechuza–, y en que el búho es de mayor envergadura. El búho real no tiene disco facial tan marcado y presenta unas plumas a ambos lados de su cabeza (los penachos), que aunque lo parezca, no son orejas.
3. ¿Cómo escuchan las lechuzas? Las lechuzas tienen la oreja en la cara, es lo que se denomina el disco facial, que además de cumplir con las típicas funciones de una cara, actúa como una suerte de antena parabólica que capta y distribuye el sonido hacia los dos oídos del ave, convenientemente escondidos a ambos lados de la cara.
4. ¿Son fieles las lechuzas? Son increíblemente fieles a su pareja y al territorio donde se asientan.
5. ¿Cuánto vive una lechuza? Se estima que la media es de cuatro años pero lo cierto es que existen registros de lechuzas con 15, 17 e incluso 25 años de edad. Esta media tan corta se debe a que la mortalidad en el primer año es amplia y el ser humano no está poniendo fáciles las cosas.
6. ¿Cuánto mide? Entre 32 y 40 centímetros de altura. Más o menos el mismo tamaño que tiene un periódico.
7. Cuánto pesa? Alrededor de medio kilo: entre 430 y 620 gramos.
8. ¿Dónde se pueden observar? La lechuza común se extiende por casi todo el mundo. Solo falta en regiones muy frías como el Ártico o en puntos desérticos o excesivamente áridos. Está presente en Europa, excepto Escandinavia e Islandia . De hecho, es la única especie de la familia Tytonidae –titónidos– presente en Europa.
9. ¿Todas las lechuzas son iguales? Las lechuzas conforman una familia de aves con muy pocas especies (se estima que 16). De todas las especies, la más abundante es la lechuza común o Tyto alba, pero de este especie hay descritas 46 subespecies.
10. Cuántos tipos de lechuza hay en España? La subespecie más extendida en España es la Tyto alba o lechuza común, presente en toda la península, Baleares, Ceuta y Melilla, y en las islas canarias occidentales. La subespecie gracilirostris está presente en Fuerteventura, Lanzarote y Alegranza. Por último se puede ver a la subespecie guttata, más oscura, que suele comportarse como invernante y que procede del este y centro de Europa.