Menú
Cultura

«’Patente de corso’ representará la tragicomedia que supone ser español»

Pérez-Reverte presta sus artículos a Alfonso Sánchez y Alberto López para una obra de teatro.

el 23 jun 2014 / 22:32 h.

TAGS:

PATENTE DE CORSO Pérez-Reverte, junto a los actores Alfonso Sánchez y Alberto López, ayer en la taberna El Rinconcillo. / José Luis Montero «Ahora que lo pienso, Patente de corso representará en formato teatral la tragicomedia de ser español», dijo ayer Arturo Pérez-Reverte, rodeado por Alfonso Sánchez y Alberto López, actores de las películas El mundo es nuestro y Ocho apellidos vascos. El escritor apadrinaba, encantado, el alumbramiento de Patente de corso, algo así como el salto al escenario de su veterana columna de opinión que, desde 1993 escribe en un semanario de tirada nacional. Subtitulada como Tratado ibérico del hijoputismo, el montaje se estrenará el próximo 9 de octubre en el Teatro Lope de Vega de Sevilla antes de iniciar una gira nacional que habrá de llevarles por más de una veintena de ciudades españolas, entre ellas Madrid, Barcelona, Granada y Murcia. «Hubiera sido fácil haber seleccionado mis textos y con ellos haber pergeñado una obra coyuntural que hablara de la España de aquí y ahora, pero han ido más allá; y el resultado es una creación que reflexiona en clave de comedia sobre el bien y el mal; ese y no otro es el trasfondo de la obra», explicó ayer Pérez-Reverte; «una dramaturgia que habla de cosas universales, que puede darse aquí o en cualquier otra ciudad, que a su modo es válida hace 20 años, ahora mismo o dentro de 20 años», prosiguió. Además, Patente de corso certifica la admiración mutua surgida entre los actores y el literato. «Me enamoré de estos dos individuos cuando descubrí sus vídeos paródicos en Internet; me quedé enganchado a ellos; soy un acérrimo seguidor de lo que hacen», dijo al respecto de unos actores a los que calificó de «sabios, inteligentes y lúcidos». Visiblemente abrumados, Alfonso Sánchez –quien, por cierto, encarnará a un importante personaje secundario en la serie de televisión Alatriste, sobre las novelas del escritor, que se estrenará en otoño– no tuvo problemas en reconocer cómo poco a poco, durante los ensayos, van «desvirtuando» los textos originales, «a pesar de lo difícil que resulta serles infieles». En el proceso de creación de la obra han repasado más de 1.000 artículos de opinión para centrarse en aquellos «más dramatizables», pero siempre con el objetivo de «no caer en el popurrí, o en los simples gags, sino aspirando a lograr una obra coherente». El resultado, según Alberto López, será un cruce imposible de múltiples influencias, de las más cultas a las más mundanas, «nos rondan por la cabeza Jan Fabre, La Zaranda, Chiquito de la Calzada o Fellini», dijo. Pérez-Reverte confió además cómo, vistos en perspectiva, ha entendido que, sin pretenderlo, con sus «ajustes de cuentas» lleva más de 20 años «hablando de España», con artículos, en muchos casos, «premonitorios». «Siempre me ha parecido que él es una persona con enorme sentido común, algo de lo que más estamos huérfanos en este país», puntualizó López. Uno de los hechos más destacables de Patente de corso es que se trata de la primera adaptación para una obra de teatro de un texto de Pérez-Reverte. «Me habían propuesto varias veces escribir para la escena, hasta ahora siempre me he negado. A estos señores les dije: Tomad, ahí tenéis mis artículos, haced lo que queráis con ellos», resumió. «Es que me caen muy bien estos tipos», insistió una vez más. «Con su Trilogía sevillana y con El mundo es nuestro podían haberse quedado ahí, en ser dos graciosos sevillanos que la gente reconociera por la calle y con los que quisieran hacerse fotos, pero no, tienen talento y para ellos Sevilla es su hogar, no su destino», opinó. «Lo supe nada más que les vi por primera vez», concluyó. La obra relata la relación que entablan Luciano y Mariano, dos personajes antagónicos que retratan de forma ácida la sociedad actual. Luciano es un pirata con clase y mucha guasa que ha sido casi todo en la vida; desde cabo segundo de la Infantería de Marina hasta trilero, pasando por limpiabotas, cantaor o contrabandista de hachís. Su compañero, Mariano, es un hombre timorato y conformista que ha decidido dejar atrás su vida mediocre. Con treinta y muchos años, dos críos y una ex mujer, este titulado en Empresariales es hoy un parado de larga duración. «A partir de los textos de Pérez-Reverte nosotros también nos concedemos la patente de corso, nos proclamamos corsarios para plantear un espectáculo libre de ataduras en el que dejar que brote el grito que cualquier ciudadano con un mínimo de lucidez lleva atravesado en la garganta», concluyó Alfonso Sánchez, quien junto con su compañero prepara también El mundo es suyo, segunda parte del filme El mundo es nuestro.

  • 1