Bambalinas

09 dic 2016 / 20:28 h - Actualizado: 10 dic 2016 / 17:56 h.
"Guía cofrade"
  • Paso de palio de la Virgen de la Amargura, con bambalinas de estilo juanmanuelino. / J.L. Montero
    Paso de palio de la Virgen de la Amargura, con bambalinas de estilo juanmanuelino. / J.L. Montero
  • Palio con crestería del Silencio. / J.L. Montero
    Palio con crestería del Silencio. / J.L. Montero
  • Palio de cajón de Las Cigarreras. / Pepo Herrera
    Palio de cajón de Las Cigarreras. / Pepo Herrera

En Sevilla, una bambalina puede significar dos cosas y en función de a quién se le pregunte variará el orden de su respuesta. La inmensa mayoría diría que es un término relacionado con el teatro y que se trata de un lienzo de tela que se extiende por toda la parte alta de un escenario o cuelga flotando sobre él. Para cualquier cofrade, son las caídas de un palio: ese techo que, sustentado sobre 12 varales, da cobijo a una dolorosa. Las bambalinas –delantera, trasera y laterales– suelen ser de figura o de corte juanmanuelino –en honor a su creador, el insigne bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda–, de cajón –el modelo más antiguo– y rígidas.

Las primeras suelen tener forma de ondas sinuosas y simétricas de un extremo a otro y permiten mucho más el movimiento entre los varales, mientras que las segundas son rectangulares y menos anchas, con una ornamentación bastante sencilla aunque suelen tener un gran valor patrimonial por los siglos de antigüedad que la contemplan. En cuanto al diseño, lo habitual es que estén bordadas con hilo de plata u oro sobre terciopelo, tisú o malla y empleen motivos florales en su dibujo –hojas de acanto, alabastro o palmas– y que en la bambalina delantera y en la parte central figure el escudo de la hermandad; en algunos casos, pueden llevar incrustaciones en otros materiales como el marfil o imágenes policromadas. Como curiosidad, algunos palios llevan corbatas en sus bambalinas. Así se denominan los pliegues confeccionados con el mismo tejido y bordados de aquellas y que tiene un fin exclusivamente decorativo, ocupando el espacio dejado entre la bambalina y el varal. Existen pasos que solo emplean este peculiar elemento en sus cuatro esquinas y en otros palios, la corbata recubre cada uno de los varales.

Por último, en el extremo inferior de las bambalinas se colocan flecos o las clásicas bellotas, que son esferas pequeñitas bordadas en hilo y engarzadas entre ellas, que le confieren ese sonido tan característico en los movimientos o mecidas. Menos comunes que los dos modelos anteriores son las realizadas en plata o metal plateado, que se rematan, a veces, con una crestería o cornisa de orfebrería del mismo material en la parte superior.