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Encuentro vecinal ayer en la plaza San Gabriel de la barriada.
Es un problema común a la mayoría de las barriadas construidas hace cuarenta años para dar respuesta a la creciente demanda de viviendas que generaron entonces familias jóvenes que llegaban a trabajar a la capital o que emprendían un nueva vida lejos de las casas de vecinos de la intramuralla donde se habían criado.
Han pasado los años y aquellos hogares se han convertido en «pisos cárceles». Las escaleras han conseguido lo que no han hecho los achaques de los años o las enfermedades: recluirles entre cuatro paredes e impedirles poner un pie en la calle. «Me paso los días entre la casa y el descansillo. Bajar me supone un gran esfuerzo. Es una pena pero no me queda otra», explica resignada Manuela, de 87 años, que vive en uno de los bloques de pisos de la barriada El Carmen, en el distrito Macarena.
Testimonios como éste han llevado a muchos vecinos a unirse y emprender una campaña ciudadana para solicitar la instalación de ascensores. Hace unas semanas convocaron una primera reunión. Fue el pistoletazo de salida para «concienciar a todos de la gravedad de la situación», pues no se está garantizando la accesibilidad de los residentes e inquilinos, en concreto, en el 75 por ciento de estos bloques de pisos de cuatro plantas de altura y más de cuatro décadas de antigüedad.
El primer paso fue realizar un chequeo al parque de viviendas. El resultado ha sido bastante significativo: «De los 46 bloques de pisos que hay, sólo diez disponen de ascensores», exponen los representantes vecinales de esta iniciativa que se ha puesto como principal objetivo «que se garantice la accesibilidad universal de todo el barrio» para, dicen, «eliminar los pisos cárceles» porque hay vecinos mayores –la media de edad ronda los 70 años–, y otros con discapacidades o enfermedades «que les mantienen presos en sus propios hogares».
De hecho, con este lema (#Eliminarpisoscárceles) han elaborado carteles y folletos para repartirlos por los bloques y movilizar al vecindario. Otras medidas se acordaron ayer en el segundo encuentro vecinal que se convocó en la plaza San Gabriel. «Una vez hecho el recuento inicial, vamos a centrarnos ahora en detectar las necesidades de cada caso, llamando puerta a puerta, y conociendo al detalle la situación de cada familia, donde a priori sabemos que hay personas con discapacidad, con movilidad reducida o mucha edad que no pueden realizar una vida normal», han señalado los promotores de este movimiento que pretende además «resucitar» la antigua asociación de vecinos de la zona para poder defender los intereses del barrio.
El final de todo este trabajo de campo es presentarlo, junto con las firmas recogidas, al Ayuntamiento de Sevilla para solicitar su colaboración en este asunto «crucial» para la barriada de El Carmen donde viven más de mil vecinos. «Ellos deben ser los garantes de la accesibilidad de los sevillanos», han concluido.