Guía cofrade: Cielo (470)

La Guía Cofrade explica hoy el recipiente en el que los acólitos portan el incienso que después se quemará en el incensario

02 jun 2018 / 09:28 h - Actualizado: 02 jun 2018 / 09:30 h.
"Cofradías","Guía cofrade"
  • La Virgen de las Mercedes, de Santa Genoveva, saliendo a la calle el pasado Lunes Santo. / Jesús Barrera
    La Virgen de las Mercedes, de Santa Genoveva, saliendo a la calle el pasado Lunes Santo. / Jesús Barrera

La Semana Santa de Sevilla tiene entre su glosario de términos más importantes la palabra cielo; un sustantivo que, además, presenta varias acepciones de relevancia. Desde un punto de vista meramente emocional, en Sevilla, por primavera, estar en el cielo es más que una recurrida metáfora: es un estado de ánimo duradero en el que intervienen todas las sensaciones y emociones que esta fiesta de la religiosidad popular regala a propios y extraños. Pero desde un punto de vista menos más objetivo, el cielo pueden ser dos cosas fundamentales: en el apartado de los enseres, una parte del paso de palio; en lo concerniente al clima y la meteorología, aquello que decidirá si las cofradías saldrán a la calle o no. Efectivamente, sobre la corona que cubre la cabeza de una dolorosa entre varales se encuentra el cielo, que es el nombre que recibe el techo de un palio. Es, como salta a la vista viendo las procesiones, uno de los elementos decorativos trabajados con mayor primor y detalle. Los hay de muy diversos tipos y se suelen ir sofisticando o enriqueciendo con los años a base de nuevos trabajos y diseños. Algunos de ellos son una de las señas de identidad de una cofradía en la calle. Y es habitual que en su centro, justo sobre la corona de la Virgen, destaque un óvalo bordado –a veces, pintado– con alguna escena piadosa o una imagen de la Madre de Dios. En la foto que acompaña a estas líneas se puede ver el caso de la Virgen de las Mercedes, de Santa Genoveva, en el Tiro de Línea. Pero también en esa imagen se aprecia ese otro cielo, esta vez azul, que tantas otras veces, en su grisura, ha hecho llorar a los sevillanos en esta y otras muchas calles de Sevilla. En Sevilla, el cielo bordado, el cielo azul y sentirse uno en el cielo pueden caber en una misma imagen. ~