La determinación del Arzobispado de que no prosperen en demasía las procesiones extraordinarias ha llevado a apostar nuevamente por la Pura y Limpia para presidir la Vigilia de la Inmaculada en la Catedral, como ya ocurriera el año pasado y en las lejanas ediciones de 2006 y 2010. También ha jugado a su favor otros criterios como su incuestionable referencia inmaculista en Sevilla y su accesibilidad los 365 días del año en su coqueta capilla, a pie de calle, en el mismo Arco del Postigo del Aceite. De igual manera, el año pasado se pudo comprobar cómo esta Virgen atribuida a Duque Cornejo propicia un ambiente participativo entre los cientos de jóvenes que suelen acudir a la Vigilia diocesana que organiza la Pastoral Juvenil en la víspera del 8 de diciembre en la seo hispalense. Motivos que han llevado a convocar a la Pura y Limpia, siguiendo un guion calcado al realizado el año pasado. La hermandad mantiene la procesión del día 6 de diciembre, con salida por la Puerta de los Palos y un leve cambio en el itinerario: dejará de pasar por Castelar para llegar a la Puerta del Arenal por la calle Harinas. La recogida será en la Catedral, donde tras atravesar la Puerta de San Miguel quedará al cuidado de los jóvenes. Una vez finalizada la celebración de la Vigilia, los propios participantes serán los encargados de devolver a la imagen a su capilla, entonces ya en unas pequeñas andas. Lo harán nuevamente creando un pasillo de honor con velas desde las naves catedralicias hasta el Arco del Postigo. La entrada será poco antes de la medianoche para que, acto seguido, se entone la tradicional salve en los primeros minutos de su onomástica. Todo apunta a que este patrón se repetirá en los próximos años.