Las batallas más duras se libran en la mente

Ninja Theory presenta de manera sobresaliente con ‘Hellblade: Senua’s Sacrifice’ un tema tan poco tratado en el sector de los videojuegos como es el de la psicosis, con tintes de acción y mitología

26 ago 2017 / 23:19 h - Actualizado: 26 ago 2017 / 23:21 h.
"Videojuegos"
  • Senua, la protagonista del juego, lucha contra demonios internos y externos. / El Correo
    Senua, la protagonista del juego, lucha contra demonios internos y externos. / El Correo
  • El destino de nuestro viaje será el Helheim, el reino de los muertos en la mitología nórdica.
    El destino de nuestro viaje será el Helheim, el reino de los muertos en la mitología nórdica.
  • La combinación de ataques será fundamental a la hora de sobrevivir en los combates.
    La combinación de ataques será fundamental a la hora de sobrevivir en los combates.
  • El hallar rutas similares a las que aparecen en las puertas será la principal tarea si se quiere avanzar.
    El hallar rutas similares a las que aparecen en las puertas será la principal tarea si se quiere avanzar.
  • Senua nunca mirará al jugador de frente al considerarlo una alucinación.
    Senua nunca mirará al jugador de frente al considerarlo una alucinación.

Los videojuegos han demostrado de sobra ser un medio capaz de contar historias al igual que hacen la literatura o el cine, aunque hay temas que siguen siendo tabú, como es el caso del sexo, la homosexualidad o la enfermedad mental. La reticencia a la hora de introducirlos en estas aventuras gráficas es la misma. Por este motivo, cuando aparecen compañías como Ninja Theory, que centran todos sus recursos y largas horas de trabajo en un juego cuya idea central es uno de estos temas –las enfermedades mentales– se consigue estar un paso más cerca a la hora de tratarlos con la mayor naturalidad. 0 es un juego que se sale de lo común y no solamente por la historia que cuenta o cómo ha sido desarrollado. El jugador tiene ante sí un título que, siendo considerado indie (con muy pocos medios para su elaboración), solamente disponible en formato digital y con un precio reducido de 39,99 euros, es capaz de competir perfectamente con los proyectos AAA que tienen detrás inversiones millonarias y todos los recursos que deseen.

Una historia tabú

Con Hellblade, el jugador acompaña a Senua, una guerrera celta enferma de psicosis que, tras ver cómo los vikingos han arrasado su aldea y asesinado a su amado, se embarca en una aventura física y mental hacia el Helheim (el reino de los muertos en la mitología nórdica) para rescatar su alma, portando para ello su cabeza en la cintura y sin importar que la oscuridad que lleva en el interior de su mente acaben con ella por el camino. Narrativamente hablando, este juego no sigue una estructura lineal ni mucho menos. Al jugador se le presenta a Senua remando en una canoa improvisada con un tronco sin saber adónde se dirige o qué motivos la impulsan a ello. Es a lo largo de la historia, en forma de flashbacks, como el jugador va descubriendo el pasado de la protagonista y el sufrimiento que le ha causado la psicosis que padece. La psicosis de Senua está presentada de manera sobresaliente y como nunca antes se ha visto en un videojuego. Tal y como explica Ninja Theory en el documental de 25 minutos que incorpora el juego, a la hora de desarrollar Hellblade, contaron con la colaboración, no solo de expertos en enfermedades mentales, también de enfermos de psicosis que contaban sus síntomas y cómo es su día a día para reproducirlo de la manera más real posible. Sobre todo llama la atención el papel de Melina Juergens, quien interpreta a Senua y sobre la que se han hecho la captura de movimientos durante el desarrollo del juego. Su actuación cuando está oyendo las diferentes voces imaginarias que acompañan al personaje durante toda la aventura es simplemente magistral. A estos efectos sonoros hay que añadir, como curiosidad que, aunque podemos mover la cámara y la vista de la protagonista hacia donde queramos, en ningún momento podremos hacer que mire directamente a la pantalla, como si quisiera evitar fijarse en el jugador al considerarlo una alucinación suya.

Lucha contra tus demonios

El combate es un aspecto jugable en el que brilla Hellblade pero con matices. Senua tiene la posibilidad de realizar tres acciones ofensivas –ataque leve, ataque fuerte y ataque físico para romper las guardias– y una defensiva. A esto hay que sumarle otros movimientos como esquivar y bloquear. En los enfrentamientos es vital combinarlas todas para sobrevivir y no verse superado por el amplio número de rivales que puede coincidir en un mismo momento en la pantalla. El problema radica en que no hay una variedad considerable de enemigos por lo que, una vez aprendida la estrategia de cada tipo, vencerles no supone ningún problema. Caso aparte son los jefes finales que, aunque pocos, ofrecen frescura y novedad a la aventura llegando a suponer a veces un problema en determinados momentos del combate. Llama la atención como en Hellblade no existe la opción de cambiar de arma o mejorar tanto el acero como la armadura, característica muy común en este tipo de juegos de acción. A esto hay que sumarle la muerte permanente, la cual hace que, tras ser vencidos varias veces, haya que empezar el viaje de Senua desde el principio. Punto añadido de tensión al juego que evita tomarse a la ligera los enfrentamientos.

Cambia tu punto de vista

Avanzar en Hellblade: Senua’s Sacrifice es sencillo al considerarse un juego casi lineal. Salvo alguna situación que puede desorientar al jugador, el camino está claro, aunque eso no quiere decir que la aventura esté exenta de complicaciones. Todos los escenarios tienen puzles de diverso tipo que resolver, los cuales para hacerlo será necesario centrar la visión del personaje en una determinada posición. Por ejemplo, dependiendo de cómo se mire un lugar se puede crear un puente que desde otro ángulo parecería destruido. En otras situaciones se pide formar una determinada runa a través de objetos y las sombras que se producen. Desafíos que no suponen una gran complicación pero ante los que habrá que estar atentos, nunca mejor dicho. Aparte existe la posibilidad, aunque no es obligatorio, de buscar notas de audio que cuentan historias sobre la mitología nórdica. En total son 44 coleccionables distribuidos por todo el juego y que permiten tomarse un respiro entre puzle y enfrentamiento. Todo esto hace que completar la aventura lleve al jugador en torno a unas diez horas y no hay motivos de peso para rejugarlo. Sin embargo, este tiempo puede alargarse considerablemente si se echa mano del Modo Foto para hacer capturas en cualquier situación –incluso en las cinemáticas– de nuestros momentos favoritos. De hecho, la representación de poblados abandonados y entornos naturales –bosques y playas por citar algunos– están diseñados con tal lujo de detalles que merecen conservarse como imagen y hacen que en todo momento el jugador sienta que realmente está en la época vikinga.

Conclusiones

Aunque Hellblade: Senua’s Sacrifice no introduce nuevas mecánicas jugables y la rejugabilidad es innecesaria, si el jugador quiere disfrutar de un juego que se sale de lo normal, éste debe encabezar su lista de compras. Tratar un tema tan desconocido en el sector de los videojuegos como es la psicosis de una manera seria y profesional, un apartado gráfico notable y combates brillantes son los pilares en los que se sustenta el último trabajo de Ninja Theory, cuya enseñanza incluida es aplicable para todos, sean jugadores o no: a pesar de estar rodeados de oscuridad, siempre hay un rayo de luz.