Primeros pálpitos de emoción

Los barrios abren el telón de las vísperas de la Semana Santa con las primeras procesiones. Estrenos de sensaciones y vivencias en una jornada para enmarcar

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
27 mar 2015 / 23:42 h - Actualizado: 28 mar 2015 / 19:17 h.
"Cofradías","Vísperas","Semana Santa 2015"
  • Retransmisión del Cristo de la Corona en el El Correo TV
  • El Cristo de la Corona llenó de recogimiento y solemnidad las calles del centro. La imagen salió sin potencias. / José Luis Montero.
    El Cristo de la Corona llenó de recogimiento y solemnidad las calles del centro. La imagen salió sin potencias. / José Luis Montero.
  • Primeros pálpitos de emoción
  • Novena estación de penitencia –quinta con nazarenos– de los cofrades de Pino Montano. / Inam Flores.
    Novena estación de penitencia –quinta con nazarenos– de los cofrades de Pino Montano. / Inam Flores.
  • Novena estación de penitencia –quinta con nazarenos– de los cofrades de Pino Montano. / Inma Flores
    Novena estación de penitencia –quinta con nazarenos– de los cofrades de Pino Montano. / Inma Flores
  • Un total de 464 nazarenos componen la comitiva de esta pujante cofradía. / Jesús Barrera
    Un total de 464 nazarenos componen la comitiva de esta pujante cofradía. / Jesús Barrera
  • Un total de 464 nazarenos componen la comitiva de esta pujante cofradía. / Jesús Barrera
    Un total de 464 nazarenos componen la comitiva de esta pujante cofradía. / Jesús Barrera
  • Unos 160 nazarenos ponen en la calle la hermandad de Palmete. / Manuel Gómez
    Unos 160 nazarenos ponen en la calle la hermandad de Palmete. / Manuel Gómez
  • Unos 160 nazarenos ponen en la calle la hermandad de Palmete. / Manuel Gómez
    Unos 160 nazarenos ponen en la calle la hermandad de Palmete. / Manuel Gómez
  • La hermandad de negro de Triana celebra hoy su quinta estación de penitencia con nazarenos. / Inma Gómez
    La hermandad de negro de Triana celebra hoy su quinta estación de penitencia con nazarenos. / Inma Gómez
  • Un nazareno de la hermandad de Pino Montano. / Inma Flores
    Un nazareno de la hermandad de Pino Montano. / Inma Flores
  • El Cristo de Pasión y Muerte protagonizó una complicada salida. / Inma Flores
    El Cristo de Pasión y Muerte protagonizó una complicada salida. / Inma Flores
  • La Virgen del Amor lució un insólito tocado dorado en su salida. / Inma Flores
    La Virgen del Amor lució un insólito tocado dorado en su salida. / Inma Flores

Eclosión nazarena en los barrios de Sevilla. De Bellavista a Pino Montano y de Triana al Sagrario de la Catedral, la ciudad entera se enfundó ayer el traje de vísperas y se echó a la calle para dar la bienvenida a los primeros nazarenos. Estrenos, novedades, nervios, emociones a flor de piel y hasta las primeras bullas en la delantera de los pasos. Ya se ha derramado la primera cera de esta Semana Santa. La jornada del Viernes de Dolores fue brillante y multitudinaria.

Pino Montano

Al otro lado de la SE-30 el Viernes de Dolores tiene nombre de barrio, de parroquia y de hermandad. Son los tres ejes sobre los que se sustenta esta joven hermandad, que hace que familias enteras vistan la túnica y sigan los pasos de Nuestro Padre Jesús de Nazaret. «¿Dónde va tu padre?», grita Lola al paso de los monaguillos del palio cerciorándose así de que otro año más había visto pasar a sus hijos y nietos. Lo hacía al final de la calle Sembradores, donde a la Virgen del Amor le esperaba un recibimiento muy especial. Por primera vez, los bomberos del parque de Pino Montano habían preparado una petalá. Al modo de la que se hace en el puente de San Bernardo, desde lo alto de la escalera de emergencia, dos bomberos de uniforme hacían esta ofrenda mientras la Cruz Roja interpretaba Esperanza de Triana Coronada. Fue una bella estampa enmarcada por el sol del ocaso que resaltaba el tocado de lamé de oro antiguo de la Virgen que había puesto el vestidor José Antonio Grande de León. Iba en la delantera del paso junto a otro rostro conocido de la Semana Santa, el de Miguel Ángel Santizo. La emblemática familia de encendedores se estrenaba en el barrio, con la venia de una tarde en calma: «Va a ser buen tiempo para el encendedor, pues, mira, todas van bien». Metros más adelante, casi llegando a la calle Estrella Polar, el olivo del misterio se mecía a los sones de la agrupación musical de la Encarnación. El Señor recuperaba la tonalidad blanca en su vestimenta, con una nueva túnica de tisú de plata, donada por un costalero. Precisamente, fueron los costaleros, los que al compás de una sentida marcha lanzaron un viva bajo las trabajaderas. «¡Qué elegancia y qué pellizco!», concluía el capataz mientras la noche se echaba y el barrio recibía a más y más visitantes.

Bellavista

Bellavista y la hermandad del Dulce Nombre siguen dando muy buena muestra de que en los barrios lejanos al centro también hay cofradías ejemplares. Un Viernes de Dolores más, las inmediaciones de la parroquia del Dulce Nombre fueron una auténtica bulla de cofrades y vecinos del barrio que no querían perder detalle de la salida de la cofradía. Era el décimo año como hermandad de Penitencia y la corporación tiene cada vez más arraigo.

Cerca de 500 nazarenos hicieron su estación de penitencia por las calles de la feligresía. El paso del Señor Cautivo estrenaba el frontal delantero de la canastilla, realizada íntegramente por un hermano. Salió a los sones de La Saeta dejando el listón muy alto para el resto del cortejo.

La salida de la morena Virgen del Dulce Nombre, obra de Luis Álvarez Duarte, a la caída de la tarde, dejaba el inicio de una emotiva noche cofrade en el popular barrio sevillano que terminó alrededor de la madrugada.

Padre Pío

Como otros tantos barrios, el de Padre Pío-Palmete es de esos que han llegado a configurar su rutina diaria en torno a su hermandad. El Viernes de Dolores no es un día cualquiera en esta humilde zona de la ciudad. «Sale a la calle nuestro Señor y su madre». Son palabras de Consuelo Guirado que, entre lágrimas, realizó su particular estación de penitencia aferrada al manto granate de la Virgen de la Divina Gracia.

En total, fueron casi nueve horas de procesión en las que ambos pasos estuvieron acompañados por el numeroso público que, venido de toda la ciudad, quiso acompañar a la corporación.

Este año, la hermandad estrenó una imagen de la Virgen de los Reyes, bañada en plata, y que fue en la entrecalle del paso de palio.

la Misión

El barrio de Heliópolis ha visto salir a su hermandad en una tarde cálida. Los vecinos se han acercado hasta las calle Monzón para ver cómo abría la estación de penitencia la banda de las Cigarreras. Muchos niños han acompañando a Nuestro Padre Jesús de la Misión, paso comandado por Antonio Santiago y sus auxiliares. La hermandad ha estrenado los candelabros de guardabrisas, diseñados por José Manuel Bonilla Cornejo, el mismo escultor de la talla del Señor y de María santísima del Amparo. El cortejo también ha visitado la Doctrina Cristiana y la Residencia de Mayores Andalucía Claret.

Cristo de la Corona

Los primeros nazarenos que pisan el centro son de ruán y esparto. Son los que acompañan al Cristo de la Corona, quien ayer volvió a salir por la Puerta del Perdón tras su restauración. La imagen del Nazareno, que porta la cruz al revés, hizo estación sin las habituales potencias, lo que acentuaba aún más la talla de esta obra anónima del siglo XVI. Entre las novedades, destacó la nueva cruz de guía que abrió paso a un cortejo cada vez más numeroso.

Pasión y Muerte

Ruán negro y música de capilla para la hermandad más serie de Triana y la única que hace estación de penitencia durante las jornadas de vísperas. Es Pasión y Muerte. El crucificado de Navarro Arteaga salió de la Parroquia del Buen Aire a las ocho de la tarde, protagonizando, una vez más, una salida única en la Semana Santa sevillana. Y es que, debido a las dimensiones de la puerta del templo, el Señor tuvo que salir en posición horizontal, entre la sorpresa y la emoción del numeroso público que allí se congregó.

Un centenar de nazarenos para esta cofradía que marca la diferencia en el arrabal trianero y que tiene en proyecto la ejecución del paso de palio para su titular mariana, la Virgen del Desconsuelo.