Amor social y cristiano desde Camas

Maestro y escritor, Juan Miguel Batalloso presenta, tras toda una vida dedicada a la lucha social y la enseñanza, su libro homenaje a Antonio Suárez, ‘Amor cristiano y lucha de clases’

27 ago 2016 / 21:04 h - Actualizado: 28 ago 2016 / 10:22 h.
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  • Batalloso, junto a la inscripción que recuerda los asesinatos en La Pañoleta. / María Caballero
    Batalloso, junto a la inscripción que recuerda los asesinatos en La Pañoleta. / María Caballero

Su propio apellido le define. Juan Miguel Batalloso ha dedicado su vida a los ideales que formó desde su juventud, y ha peleado por ellos en la calle, en el discurso y en las letras. Con 64 años, ha decidido rescatar del paso del tiempo los testimonios de los que le precedieron y a los que acompañó, dedicándoles sus palabras. Es el caso del libro que recientemente ha publicado, Amor cristiano y lucha de clases: conversaciones con Antonio Suárez. Un homenaje repleto de enseñanzas para la lucha por un mundo mejor, y de cuyo protagonista parafrasea su principio de vida: «soy comunista, cristiano, y orgulloso de ello».

Su trayectoria vital siempre ha respondido a estas máximas. Maestro jubilado, llegó a esa profesión por casualidad, aunque en ella encontró el sentir social que siempre le ha inquietado. Nació en Ceuta y fue «el primero de mi familia con estudios», dice agradecido. Durante muchos años quiso ser médico, pero era una carrera que sus padres no podían costearle. «Así que comencé Magisterio en el antiguo cuartel de intendencia en Sevilla». No sólo le gustó esta profesión, sino que cayó completamente enamorado: «si volviera a nacer, volvería a ser maestro. Es lo mío», asegura Batalloso. En el ámbito educativo ha publicado múltiples libros, la mayor parte en países sudamericanos con los que colabora en misiones educativas.

Ya ejerciendo la profesión de su vida, terminó la licenciatura de Filosofía y Ciencias de la Educación, y con los años, finalizó el doctorado. Llegó a ser concejal en Camas por el PCE, y director de su colegio por tres años. Incluso, fue corresponsal de El Correo de Andalucía en el año 1974 durante su estadía en El Coronil, «un periódico combativo contra la dictadura y por la democracia», define. Hoy, ve principal que los jóvenes sepan apreciar aquellos valores democráticos: «la democracia no nos la regaló nadie, costó sudor, sangre y lágrimas», reivindica.

Batalloso reconoce que hablar de «comunismo» hoy día está denostado socialmente, pero no por ello deja de reafirmarse como militante. Llegó al «Partido Comunista a través del cristianismo, lo que para mi es una consecuencia lógica y natural». Y se explica: «El cristianismo es mucho más valioso que la Iglesia Católica, igual que la política es más importante que los partidos políticos». Batalloso concibe una síntesis entre cristianismo y comunismo –que se dio en aquellos años en Camas, cuando los párrocos de la Iglesia eran también comunistas– que recoge el sentir de «justicia, igualdad, fraternidad...». Pero que, como puntualiza con énfasis, «debe incluir necesariamente la misericordia, la ternura, el amor». Estos son los valores que comparte con su entrevistado y homenajeado Antonio Suárez, ahora con 87 años. Los beneficios de su obra Amor cristiano y lucha de clases, editada por el Ayuntamiento de Camas, se destinarán a las asociaciones de la parroquia La Pañoleta. Probablemente, este libro no será el único homenaje que verá la luz de manos de Batalloso y sus compañeros de la asociación Memoria, libertad y cultura democrática, ya que «son muchos los anónimos que merecen reconocimiento». Con estas publicaciones, así como con las charlas, cinefórum y actos que organizan, la asociación busca «crear conciencia social, sobre todo entre los jóvenes, de los valores y cultura democrática. Algo que tiene que ser tanto una actitud personal como colectiva, no sólo poner una papeleta cada cuatro años», insta el maestro.

Y es que tras tantas experiencias e ideales, Batalloso se siente completamente camero: «aquí lo he hecho todo, y agradezco mucho lo que Camas me ha dado: profesión, familia, amigos y todo lo que he aprendido de las personas de Camas, especialmente de aquellos militantes cristianos y comunistas, o del centro de juventud católica Al-Kama, ya desaparecido».

Su deseo más grande para Camas es que «todos los años tenga lugar el acto que recuerde la matanza de los mineros, y tantos otros, que tuvo lugar en la Pañoleta», a pocos metros del lugar de esta entrevista, en la Bodega San Rafael. «El 19 de julio de 1936, seguido del 30 de agosto, mataron aquí a más de seis decenas de personas. Queremos que ese acto por la memoria sea una seña de identidad de Camas, este pueblo tan heterogéneo y mestizo que protagonizó una lucha social y asociativa histórica en los años 70», desea. Una fecha, un lugar y un momento para recordar la lucha, y sobre todo, para animar a otros a continuarla.