Ángeles, nuestra señora de la donación

La hermandad de La Borriquita celebra la llegada a Los Palacios de su Virgen, hace solo un cuarto de siglo, y se vuelca con los donantes de sangre y órganos

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
10 feb 2017 / 07:00 h - Actualizado: 08 feb 2017 / 12:16 h.
"Cofradías"
  • Francisco Begines, Vicente Cremades, Mª Ángeles Mauri y Toni Galán durante el acto. / A.V.
    Francisco Begines, Vicente Cremades, Mª Ángeles Mauri y Toni Galán durante el acto. / A.V.

La hermandad más joven de Los Palacios y Villafranca, nacida como asociación en 1974 bajo el pomposo nombre de Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, y al que hubo de añadírsele más tarde y San Juan de la Palma, y luego y Nuestra Señora de los Ángeles, es desde el principio y hasta hoy la cofradía de La Borriquita, y un paradigma señero de lo que desde el cristianismo se entiende por entrega al otro, o dicho en otros términos, de la donación.

Donaron su tiempo y su ilusión aquellos primeros jóvenes a los que convenció el párroco de Santa María la Blanca de entonces, Antonio Sánchez, para fundar una hermandad que vivificara el Domingo de Ramos; aprovecharon las donaciones de otras hermandades del pueblo para empezar a ser; aceptaron la donación estrella de la familia Galán Mauri consistente en una Virgen destinada a cambiarles el signo a su cofradía; convirtieron las donaciones en la única estrategia para conseguir levantar un templo en el barrio de La Almazara, y tan clave ha sido el verbo donar en este cuarto de siglo que ahora celebran de la llegada de su Virgen de los Ángeles, que en la programación de esta efeméride, titulada poéticamente Ángeles que dan vida, le van a conceder entero protagonismo a los donantes de todo el pueblo.

De hecho, el próximo miércoles día 15 la capilla se convertirá durante toda la tarde en un centro local de donación de sangre con la colaboración y el agradecimiento del Centro Regional de Transfusión Sanguínea de la Junta de Andalucía. Y el próximo 11 de septiembre, será el director general de trasplantes del Colegio de Médicos de Sevilla, el doctor José Pérez Bernal, quien participe junto a las familias de donantes y receptores de órganos de Los Palacios y Villafranca –uno de los pueblos más sobresalientes al respecto en toda la provincia– en una mesa redonda que sin duda servirá de puesta de largo didáctica de esa práctica ya extendida entre todas las cofradías locales de llevar entre la candelería de sus vírgenes un cirio donado por algún receptor de órgano.

La hermandad que dirige Loli Pérez arrancó la efeméride el pasado 27 de enero con la presentación del cartel, el logotipo y la programación de actos de este XXV aniversario de la bendición de Nuestra Señora de los Ángeles. También aquella noche aterrizó por la capilla el imaginero que esculpió a la Virgen, el profesor de la Universidad de Sevilla Juan Manuel Miñarro, en una conferencia inaugural que hizo a muchos retrotraerse a aquellos comienzos de los noventa en que la hermandad, aún sin reglas, echaba más en falta sin embargo la llegada de una Virgen que hiciera atractiva la primera procesión de la Semana Santa palaciega.

Fue este pasado martes cuando los donantes de la Virgen, el matrimonio formado por Toni Galán y Mª Ángeles Mauri, participaron en una mesa redonda acompañados del hermano mayor que más tiempo ha dirigido los designios de la hermandad, Vicente Cremades. Toni –todo un personaje de la vida religiosa y cofrade del pueblo tras haber liderado durante 24 años la hermandad de la Vera Cruz y María Santísima de los Remedios y luego la hermandad de la patrona, Nuestra Señora de las Nieves– recordó con viveza aquella noche providencial en el restaurante Manolo Mayo en que su amigo Manolo Mauri lo conminó a integrarse en una hermandad, la de La Borriquita, que en palabras del propio Cremades estaba formada por «siete u ocho matrimonios» y en la que llegaron a salir solo 13 nazarenos en alguna de sus primeras procesiones. Toni le rechazó el ofrecimiento con la excusa que le brotaba del corazón: «Yo ya no tengo ganas de volver a meterme en una hermandad, y además, una hermandad sin Virgen es como una casa sin madre». La respuesta le puso en bandeja a Mauri el reto que Toni necesitaba. «Entonces me dijo que si yo no tenía lo que tenían los hombres para donarle una Virgen a la hermandad», recordó. En la barra del mismo restaurante estaba el mismísimo Miñarro, «y como yo lo conocía, me acerqué a él y le propuse que me hiciera la Virgen». Así, sin más. El imaginero le preguntó cómo la quería y Toni contestó: «Que sea muy guapa pero que no esté llorando». Y fue así como nació Nuestra Señora de los Ángeles, con una advocación que coincide en nombre con la de su donante y cuyos ojos asegura el sentir popular que son como los de ella. Su marido bromeó el pasado martes con que mucha gente insiste también en que la Virgen se parece a su hermana. «Si al final se va a parecer a toda la familia», rio Toni, después de recordar que la primera cantidad del pago se la hizo a Miñarro en efectivo y este le firmó el contrato en una servilleta.

La Virgen llegó a la casa del matrimonio Galán Mauri el último día del verano de 1992. «Se barajaron varios nombres alternativos», recordó Cremades, «pero al final se le puso Ángeles porque hubo muchísimo consenso, y no creo que hubiéramos podido acertar con otro nombre mejor». Cuando al año siguiente «todo el pueblo se volcó, donando, porque la Virgen había generado mucha ilusión» y salió en procesión, la hermandad ya era otra. Había superado con creces los 300 hermanos –hoy son 1.100 y «estábamos empezando a parecernos a hermandades como las otras del pueblo, que son de los siglos XVII o XVIII», evocó Cremades, que tuvo un recuerdo especial para el primer gran capataz de la Virgen, Enrique González El Plancho, fallecido hace ahora dos años. «Él marcó un hito», reconoció Cremades, «y supo hacer con los costaleros lo que nosotros, como cualquier hermandad, habíamos soñado». En este sentido, reivindicó la creación de «alguna distinción que llevara el nombre de Enrique para que su nombre se quede para siempre con nosotros». «Fue uno de los hermanos que más recibió de la hermandad, pero también uno de los que más nos ha dejado a cambio, con creces», insistió Cremades. Otra historia de donantes para la eternidad.