La iglesia de la Compañía de Morón de la Frontera guarda entre sus paredes obras que son grandes tesoros. En una recóndita esquina, entre San Miguel y el Ayuntamiento, se sitúa la iglesia de San Ignacio de Loyola, más conocida como La Compañía, edificada por los frailes de La Compañía de Jesús en el siglo XVIII, concretamente en el año 1627.
Fueron precisamente estos sacerdotes los que adquirieron para el edificio religioso una colección de 12 óleos con escenas de la vida de la Virgen, obra del pintor flamenco Peter Van Lint. Una serie de pinturas portentosas que no pasan por sus mejores momentos.
El polvo, la suciedad e incluso las grandes grietas en los cuadros de la obra completa de Van Lint son los principales males que acechan a esta colección de valor incalculable. Su importancia está asociada al hecho de que es la secuencia completa de la vida y obra de la Virgen María. Es en esta iglesia de Morón, donde pueden presumir de tener la serie íntegra del pintor flamenco. Su valor es precisamente ese. Como cuenta el hermano mayor de la Santa Cruz, Antonio Morillas «se dice que había una colección en Valladolid –en una iglesia que ya no existe–, una que fue hacia América, aunque quedó destruida, y la de Morón».
De ahí que este conjunto único sea apreciado enormemente entre el mundo especializado religioso y artísticos, que son conscientes del tesoro que está colgado entre las paredes del centro de Morón.
Y aunque la belleza y calidad de los cuadros es innegable, no puede ser apreciada en todo su esplendor por el estado en el que se encuentran, siendo prioritario «acometer una limpieza y encolado» explica Morillas mientras admira los cuadros frente al altar.
Recientemente tres profesores de la Universidad Pablo de Olavide de Historia del Arte realizaron un recorrido por la iglesia para conocer sus joyas. Unas visitas que «no nos pesan porque mientras más se conozca lo que tenemos, más cerca de nuestra meta estamos».
El deterioro progresivo del paso del tiempo hace necesaria esta rehabilitación de las 12 obras de la colección. No obstante, la hermandad no dispone de fondos para poder restaurarlos, es por ello que pide ayuda para ponerlos en valor. Como detalla el hermano mayor, «entre las labores de caridad, a las que destinamos un 20 por ciento de lo recaudado, y otras labores de conservación del patrimonio, no tenemos margen para abordar esta restauración».
Han calculado el coste de la rehabilitación, que ascendería a un montante total de 100.000 euros, ya que el arreglo de cada obra sumaría en torno a 8.000 euros. Saben que es muy complicado que los 12 se restauren de forma conjunta, por lo que su idea es que, «con ayuda de alguna fundación o institución puedan empezar de forma individual por algunos lienzos. Cuando se vea el antes y el después seguro que se animan a ayudarnos».
Llevan ya varios años luchando por la recuperación de esta colección. Incluso hace tiempo un restaurador los puso en contacto con el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), sin embargo, aún no ha tenido noticias de su petición. Son conscientes de que «estas cosas son lentas» y por ello, están buscando alguna opción que les permita tener en perfecto estado la serie.
Han tenido alguna propuesta verbal de una posible restauración aunque subordinada a la exposición de los cuadros en algún museo externo. No obstante, Morillas es tajante «los cuadros son de la iglesia de la Compañía y es un patrimonio que se tiene que quedar aquí». Deja claro que cualquier propuesta que llegue «no debe estar supeditada a que, cuando los cuadros estén en perfecto estado, se marchen».
Desde la hermandad, se comenzará a batallar por el estado de este importante patrimonio. Incluso ofrece para habilitar algunas salas del templo si se presentara un proyecto serio de rehabilitación.
Peter Van Lint fue un pintor del barroco flamenco cuyo pincel creó numerosas obras de temática religiosa, destinadas a España o América.