Regresan los serenos. El municipio de El Rubio, ubicado en plena Sierra Sur, ha recuperado esta figura que estuvo muy de moda antiguamente, aunque adaptada a los tiempos actuales. Desde principios del verano un vigilante privado recorre todos los días por la noche en su vehículo las calles de la localidad para intentar acabar con los robos en los comercios y para dar seguridad a los vecinos.

En este tiempo la experiencia ha sido muy satisfactoria y no solo por las percepciones de los empresarios, sino sustentada en datos. Según la información facilitada por la Guardia Civil al Ayuntamiento, en el mes de mayo se contabilizaron cinco robos y dos en junio, una cifra que ha caído a dos robos en los meses de verano. Ante este éxito, esta experiencia, que estaba en pruebas, se prolongará como mínimo hasta final de año, según informa el alcalde, Rafael de la Fe (PSOE).

La idea de contratar a un vigilante privado surgió de los encuentros mantenidos entre los comerciantes de la localidad y el regidor, en las que se planteó el problema de inseguridad que sufría este pueblo de poco más de 3.500 habitantes. Ante esta problemática se acordó que el Consistorio subvencionase un servicio de vigilancia privada que reforzase la labor de la Policía Local.

Y es que en El Rubio solo hay tres agentes locales en activo y uno está a punto de jubilarse, a lo que se une que la convocatoria de dos plazas de Policía Local que sacó recientemente el Ayuntamiento han sido «echadas para atrás» por la subdelegación del Gobierno «porque, según nos dijeron, superamos la tasa de reposición», manifiesta el regidor.

Ante esta situación se optó por dar una respuesta a las reclamaciones de los ciudadanos y se decidió que la solución más viable era contratar vigilancia privada.

De la Fe señala que se ha acudido a una empresa de Estepa, que para dar servicio en El Rubio emplea a personas de la localidad, «además si el vigilante se pone enfermo nos envían a otro. El servicio no corre peligro. Se presta todos los días en horario nocturno», recalca el alcalde.

Los poco más de 30.000 euros al año que cuesta pagar esta seguridad privada y todo lo que ella conlleva se considera que es una muy buena inversión tanto para De la Fe como para los empresarios, que animan al regidor a que este servicio se prolongue en el tiempo para tener a raya a los delincuentes.

El funcionamiento de este vigilante privado es muy sencillo: esta persona de seguridad tiene los números de teléfono de los comerciantes del municipio y estos el de él, para comunicarse entre sí si detectan alguna acción sospechosa. Cuando se da la voz de alarma, el vigilante y el empresario afectado se presentan en el lugar de los hechos, lo que normalmente ahuyenta a los supuestos ladrones. «Además, es un proceso muy rápido, porque cuando se llama a la Guardia Civil, como viene de Herrera, tarda mucho más tiempo en llegar», señala el regidor. A ello se une, según afirma De la Fe, que los delincuentes se retraen al saber que hay un servicio de vigilancia privada que recorre toda la localidad.

Pero si el alcalde está contento con los buenos resultados que está dando esta iniciativa, aún lo están más los empresarios rubeños.

Francisco Borrego es el propietario de un estanco que afirma que desde que el vigilante privado recorre el municipio por la noche «estoy más tranquilo. Además, desde que está han bajado los robos», afirma con rotundidad.

El propietario de Materiales y Electrodomésticos González, suscribe lo que dice su convencido: «Antes de tener vigilancia privada se producían robos, por lo que entiendo que la iniciativa es buena, ya que da seguridad».

Otro comerciante que está encantado con la vigilancia privada es el propietario del bar Gallina, Manuel García, quien además ha sido víctima de un robo antes de contar con seguridad privada: «Me destrozaron la puerta del bar y se llevaron el dinero de las máquinas, no pudieron hacer más porque saltó la alarma».

Donde sí tienen una buena experiencia del servicio de vigilancia privada es en la cervecería La Plaza, donde el vigilante dio la voz de alarma al propietario de este negocio de hostelería porque se había percatado de que una de las persianas del establecimiento no estaba bajada del todo.

Finalmente, en Modas Lolita también defienden que se mantenga la vigilancia privada por la noche, porque en el municipio se han producido en los últimos meses muchos robos y porque la medidas de seguridad contribuyen a que se reduzca la inseguridad. Sin embargo, en este establecimiento también se pide que se pongan en marcha otras acciones como educar en valores, «porque no todo se arregla con la fuerza».