Cafés solidarios con personalidad

Un bar de Morón ha personalizado cafés a cambio de un kilo de alimentos para los necesitados

María Montiel marmondua /
02 ene 2017 / 20:36 h - Actualizado: 02 ene 2017 / 20:37 h.
"Gastronomía","Solidaridad"
  • Raúl Pérez, propietario del bar Retamares, desde donde ha puesto en marcha la iniciativa de los cafés solidarios. / M.M.
    Raúl Pérez, propietario del bar Retamares, desde donde ha puesto en marcha la iniciativa de los cafés solidarios. / M.M.
  • Detalle de uno de los cafés. / M.M.
    Detalle de uno de los cafés. / M.M.

Durante las fiestas navideñas el espíritu solidario está a flor de piel. Desde calendarios para recaudación de fondos hasta entrega de juguetes para los más desfavorecidos son algunas de las actividades que se suceden en la provincia durante estos días. Precisamente, el emblemático bar Retamares ha querido aportar, por segundo año consecutivo, su granito de arena por una buena causa. Referentes en la comarca por sus exquisitos caracoles y sus cervezas, desde hace algunos años su propietario, Raúl Pérez Sivianes, también ha hecho del establecimiento un lugar de culto para los amantes del café. Y esta bebida es la gran protagonista con sus cafés solidarios.

Fue el pasado jueves cuando los moronenses se acercaron hasta allí para cambiar un kilo de alimentos no perecederos por un café personalizado. Hace un año, Pérez puso en marcha esta iniciativa debido a que «me gusta colaborar y, pocos días antes, se hizo una rifa benéfica desde el club baloncesto Morón que fue muy bien y, de ahí, me surgió la idea». La destreza del propietario de Retamares a la hora de preparar las impresionantes bebidas lo ha hecho aún más conocido en la localidad. Por ello, no es extraño que, tanto por la mañana como por la tarde, se sirvan cientos de tazas perfectamente decoradas. Aunque el año pasado «fue un poco precipitado en cuanto a la organización, la cantidad recaudada para la bolsa de caridad de la hermandad de Jesús fue todo un éxito», superándose con creces este año, gracias a la cuestación de ocho grandes cajas para los más desfavorecidos. Pasta, leche e incluso galletas han sido algunos de los alimentos que se han intercambiado por un humeante café personalizado con el motivo que la clientela ha solicitado.

Ampliando el número de tazas y con el típico platillo preparado enfilaban la tarde en Retamares. Desde la barra un trasiego constante de café, azúcar y crema de leche para poder personalizar cada una de las peticiones. Los más solicitados, los Latte Art diseños creados en la superficie de expresos con nombres, motes e incluso decorados con los animales preferidos de los consumidores. Es con la crema de leche como se dibuja, perfilándose luego con el punzón o el sirope. Auténticas obras de arte que llamaron la atención de aquellos que iban a colaborar. Jorge Cruces fue uno de los que se acercó junto con su mujer para llevar leche y aceite. Pidió «un café con mi nombre», y también echó una mano apilando los productos que llegaban antes de remitirlos hacia la hermandad.

La relación de Raúl con el café se remonta a hace años. De pequeño su padre le hacía probar los granos para que así distinguiera los puros. De hecho, tal como cae en la máquina él puede distinguir la calidad de una buena taza de un torrefacto, una variedad de que se obtiene tras someter al grano a un proceso especial de tostadura añadiendo una cantidad de azúcar, y que incluso está prohibido en algunos países. Pero fue hace unos seis años cuando realizó el curso de barista en el Instituto Nacional de Café. Desde entonces, ha ido aumentando sus estudios hasta hacerse todo un experto en la materia con nivel barista I y II. El próximo paso que Pérez quiere dar es realizar un curso de tueste para poder «tostar el grano nosotros mismos».

Con más de 60 años a las espaldas, este negocio –fundado como Bodegas Retamares por su padre, José Pérez– es una seña de identidad en Morón. Y aunque en verano suele bajar la tirada de café también se adaptan a las altas temperaturas con los Affogato, café con helados, o los tonic-café refrescantes a base de tónica. Una bebida que, «si es de buena calidad, se pueden tomar incluso tres o cuatro tazas al día», reseña mientras dibuja sobre una superficie de crema. En los próximos días, se realizará el reparto cosechado gracias a esta dulce iniciativa.