Hay en los pueblos leyendas casi centenarias de hechos transmitidos de generación en generación que se quedan solo en eso, en leyendas. El boca a boca y el paso de los años va tergiversando la historia en aras de cualquier beneficio propio hasta el punto de dejarla casi irreconocible. Cuenta la leyenda que hace cien años se produjo en Constantina un hecho singular a la par que llamativo y, en cierta parte emotivo, como fue la plantación masiva de árboles en sus alrededores. La leyenda, sin embargo, puede presumir de constatación gracias a un manuscrito que ha sido capaz de pervivir a través de los años y que hace un mes escaso cayó en manos de la nueva corporación local comandada por Manuel Álvarez. Dicho manuscrito no era otro que la memoria de aquel acto de noviembre de 2015. A raíz de ese hallazgo, desde el Ayuntamiento se pusieron manos a la obra para celebrar esta singular efeméride y en torno ha ella se ha preparado un fin de semana lleno de actos en honor al peculiar centenario.
Según la concejal de Cultura, Almudena González, en aquella masiva repoblación no tuvo nada que ver el Consistorio de la época, sino que partió directamente del Gobierno central, quien invitó a las instancias municipales y provinciales a participar en una reforestación de Constantina y sus alrededores. Ahí pues, está el origen del los eucaliptos que flanquean uno de los símbolos de la población: el Castillo.
En palabras de Fernando Gallardo, operario municipal y alma mater del proyecto, los principales protagonistas de aquel noviembre de 1915 fueron los más pequeños, que a través de los colegios acudieron a plantar un árbol, entregándoseles después un ejemplar de aquella memoria que finalmente ha llegado a nuestros días. Para Gallardo «es una cosa emotiva, la gente recuerda que sus padres o abuelos sembraron los arboles del Castillo o en la carretera de la estación a Cazalla». En cuanto a la especie sembrada, Fernando se inclina a pensar que el eucalipto y la acacia eran los árboles que los gobernantes consideraban más apropiadas. Al respecto, el alcalde, Manuel Álvarez, recuerda que su padre fue de los que plantó eucalipto en aquellas primeras ediciones, aunque según dice entre bromas «gracias a Dios, con los años se sembraron cosas más apropiadas».
Desde la Concejalía de cultura lo que se pretende en este centenario es hacer «un acto simbólico que concentre una historia y una relación histórica de Constantina con su entorno». Aunque del puro simbolismo se pasa a la práctica gracias al acto de cierre del centenario que tendrá lugar en la finca pública de El Robledo, donde tendrá lugar el domingo una siembra de bellotas precedidas por diferentes charlas acerca del entorno de Constantina y el monte público que tendrá lugar el sábado.