Coria del Río

«Cuando te avisan de fuego en un asilo, te esperas lo peor»

La rápida actuación de los agentes de Policía Nacional evita males mayores en el incendio de un centro de mayores de Coria del Río, donde no hubo ninguna persona herida

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
28 may 2019 / 17:34 h - Actualizado: 28 may 2019 / 18:23 h.
"Sucesos"
  • «Cuando te avisan de fuego en un asilo, te esperas lo peor»
  • «Cuando te avisan de fuego en un asilo, te esperas lo peor»

Ocurría el pasado Domingo de Resurrección en el municipio sevillano de Coria del Río. Sobre las 12.40 horas, a través del 112 se recibía la llamada avisando de que se había declarado un incendio en el convento de las Hermanas de la Cruz, en concreto en la zona de la residencia de ancianos. «Según nos entra la llamada: un centro de personas mayores, en su mayoría impedidos, te estás esperando lo peor».

El subinspetor de Policía Nacional Pedro Méndez y el agente Raúl López se encontraban entonces de servicio e inmediatamente se subieron al coche patrulla para trasladarse hasta el asilo de la calle Lagar. «Cuando llegamos, a través de la puerta de salida del convento, observamos que había una gran cantidad de humo saliendo. Había ya personas saliendo del interior. Aquí hay que reconocer la gran colaboración de la ciudadanía, que se portó muy bien», asegura el subinspertor Pedro Méndez, quien, una vez dentro del asilo, junto con dos agentes más también presentes, José Ángel González y Adrián García, realizaron «una requisa del edificio, comprobando que la gente o estaba fuera o estaba en un lugar seguro». Previamente se procedió al sellado de la puerta de la cocina, donde al parecer se había originado el fuego en uno de los hornos.

«...Terminamos con un bautizo»

En el corto espacio de tiempo que llevó a la llegada de la dotación de bomberos y demás servicios de emergencias, les tocó desempeñar el papel de cuidadores de dos ancianas que estaban cama y que no podían ser evacuadas del edificio. «No podíamos dejarlas solas y tampoco bajarlas. Era mejor dejarlas allí que intentar bajarlas por las escaleras», indica el subinspertor Méndez, mientras que el agente López se queda también con la experiencia vivida en estos instantes: «Veía a gente corriendo, cerrando sus puertas... Ella me miraba y se reía, y me enseñaba fotos de cuando era joven».

Finalmente todo quedó en un susto y el resultado de la intervención se saldó con 30 personas evacuadas, ningún herido y alguna que otra anécdota en la que algo tuvo que ver la Providencia entorno a la que a esa hora se celebraba un bautizo en la capilla del convento.

«Se le pidió que acelerara un poco el proceso, con toda la calma del mundo. Lo hizo, sacó a la gente que estaba celebrando el bautizo, y ahí pudimos meter a las personas que no estaban del todo impedidas. Fue muy curioso... terminamos con un bautizo», explica el subinspector.

La intervención de la Policía Nacional en un primer momento resultó crucial para evitar males mayores en este caso. Aunque sus protagonistas reconocen que es parte de su trabajo diario, su actuación se basó principalmente «en el conocimiento, en la práctica y en el servicio a la ciudadanía», que lejos de atrapar a los ladrones, recuerdan, «está en la base» de este Cuerpo.