Hace unas semanas, Jesús Maeztu, el Defensor del Pueblo Andaluz, rendía visita a la Sierra Norte sevillana y señalaba como principal problema de la comarca el de la comunicación con la capital hispalense y, por ende, con el resto de la provincia. La dificultad para la accesibilidad es un problema que viene arrastrando la zona desde hace décadas y que se incrementa a medida que nos adentramos en el norte de la misma. La orografía del terreno y la ubicación del parque natural hacen que la solución a la problemática sea más que complicada.
En los últimos días, el alcalde de Cazalla de la Sierra, Sotero Martín Barrero, ha decidido dar un paso adelante en pos de mejorar la situación y ha mantenido una reunión con el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, con el fin de comunicar Cazalla y Almadén de la Plata. En palabras del regidor, la A-450, con origen en su localidad y fin en Almadén, es «la única carretera del mundo por la que no se puede circular» y es que la misma carece de un puente indispensable para cruzar el río Viar. Hasta el momento, alguien que desee trasladarse de una localidad a otra debe invertir una hora y media. De existir el mencionado puente, el trayecto se podría completar en 30 minutos. Para el alcalde cazallero, la unión de estas dos localidades contribuiría a la unión trasversal de la comarca y facilitaría el acceso a pueblos como el propio Almadén o El Real de la Jara a instituciones básicas que se encuentran en su municipio, como cabeza de partido, tales como el juzgado de primera instancia, la sede de la Opaef o la Mancomunidad Sierra Norte. A ello se une además, la dificultad en la que encuentran muchas familias que viven en fincas colindantes, y que alrededor de 40 niños tienen que trasladarse en autobús hasta Cazalla para poder asistir a clase. A pesar de tener matriculación autonómica, la A-450 es de titularidad provincial tras su descatalogación, y por ello depende de la Diputación. En palabras del regidor, el presidente del ente provincial se ha mostrado dispuesto a buscar una solución, aunque reconoce Martín que el proyecto es costoso y habría que buscar una vía de financiación importante, recurriendo incluso a los fondos europeos Feder para la construcción de un puente cuyo coste superaría el de la totalidad de la carretera. A ello se une, además, la necesidad de elaborar un estudio de impacto medio ambiental, ya que la vía en cuestión se encuentra dentro del Parque Natural Sierra Norte. A este respecto, el director del parque, Antonino Sanz, ha declarado que aún no han visto el proyecto en cuestión y que una vez planteado se debe iniciar un procedimiento administrativo, por lo que «manifestar una posición a favor o en contra ahora mismo es un poco arriesgado». De la misma forma, Sanz ha definido la zona como un área rica e importante, de conexión con montes públicos y en la que hay que valorar puntos tales como una posible afección la Red Natura 2000, en cuyo caso debería contar también con el visto bueno de la comisión europea.
La problemática de la unión entre Cazalla y Almadén no es más que una de tantas a las que se enfrenta la comarca. De sobra conocida, y a la vez temida, es la A-8202. Una carretera que nace en Constantina y que tiene su fin en Las Navas de la Concepción. Se trata de un trazado que en apenas 20 kilómetros concentran 375 curvas, haciendo «tortuoso» para el viajero el desplazamiento hasta la localidad. A este respecto, el alcalde de la localidad, Andrés Barrera, ha lamentado que este hecho provoque que su pueblo se sienta aislado y difícilmente comunicado con el resto de la Sierra Norte. Con una población envejecida y los servicios fundamentales en Constantina y Cazalla, el desplazamiento a estos puntos se convierte en toda una «odisea». Según el Barrera, por parte de la Junta de Andalucía hay buena disposición para una posible solución, aunque, asegura el alcalde, «no soy muy positivo». Además, añade, el proyecto presentado en su día podría eliminar 60 curvas, dejando intactas las otras 300. Aún así, el regidor cree que todo tiene solución siempre y cuanto haya «voluntad política» y expresa su deseo de que así sea, ya que «aunque seamos un pueblo de 1.700 habitantes también tenemos derecho a buenas comunicaciones».
Caso similar es el que ocurre en el trazado que une los pueblos de Constantina y La Puebla de los Infantes. Se trata de la SE-7103. 24 kilómetros en los que predominan la estrechez y el mal estado del piso, aunque, a diferencia de la SE-8101, esta vía sí que es bastante transitada.
De titularidad autonómica, la A-455, que une las localidades más habitadas de la comarca, Cazalla y Constantina, no mejora a las anteriores y en sus 15 kilómetros predomina un trazado repleto de curvas. Más transitada en décadas pasadas debido a la ubicación de la estación de tren a medio camino entre los dos pueblos, tal y como publicaba este mismo periódico hace unas semanas, el mal trazado provoca un uso meramente residual de la estación y la carretera.
Continuando con la población de Constantina, su unión con El Pedroso mediante la A-452 mejora un tanto la situación con respecto a las anteriores vías mencionadas, aunque el piso de esta también tiene sus deficiencias. Tiene ligeros baches.
En mejor estado, y por tanto con más aforo se encuentra la unión entre Constantina y San Nicolás del Puerto mediante la SE-7102, y la de esta última población con Alanís mediante la SE-8100. No puede decirse lo mismo del trazado que une Cazalla de la Sierra y Alanís a través del último tramo de la A-432. Se trata de una carretera con origen en Cantillana y que pasando por El Pedroso y Cazalla, muere precisamente en Alanís. Si bien es verdad que toda la vía necesita unos arreglos del firme, en este último tramo esos arreglos precisan además de un antideslizante con el que combatir las heladas invernales. Por otra parte, a pesar de su corta edad, apenas 15 años, la carretera une al peligro de heladas alguna que otra curva peligrosa, en especial la que hay en el punto kilométrico 56.
Debido a este último trazado, el aforo de la A-8200 descendió. Se trata de la carretera que une Cazalla y Guadalcanal. Una carretera que antaño gozó de mucha circulación muy a pesar del temor que inspiraba, mayoritariamente en los foráneos, la zona conocida como Las cuestas del Gallo, donde durante siete kilómetros se suceden numerosas curvas cerradas con cierto desnivel. Actualmente, el trazado ha quedado prácticamente para uso de colindantes, siendo cada vez menos los transeúntes que la toman para ir de una localidad a otra.
Por último, Guadalcanal, por su situación al norte de la provincia supone el nexo de unión con Extremadura y la misma presenta tres variantes. La primera de ellas es la continuación de la A-433. Ésta es la carretera más joven de la comarca, datando su remodelación de el año 2008 y sustituyendo, como novedad, el antiguo Puente de San Benito, por donde apenas cabía un turismo por el actual Puente de la Inmaculada. Igualmente, la obra faraónica supuso la eliminación del antiguo Puente de la Ribera sustituyéndolo por otro de mayor dimensión y suprimiendo así también otro punto negro de esta vía. Tras su paso por Guadalcanal, la carretera continúa su trazado hacia el conocido como Puerto de Llerena, de especial atención debido a la proliferación de heladas y por tanto a lo peligroso de su descenso. Tiene su fin en el límite de la provincia con Badajoz y a escasos kilómetros con la primera localidad pacense, la de Fuente del Arco. Una segunda vía de acceso a la comunidad extremeña es la que parte de la bifurcación de la bajada del mencionado Puerto de Llerena. Un trazado de perfiles dispares debido a remodelaciones en el tiempo y que combina tramos de buen piso con otros carentes de la adecuada señalización. Finaliza en el límite de provincia donde nace la carretera que conecta a la localidad más cercana en esa dirección, que es la pacense de Valverde de Llerena. Por último, la tercera opción es la que transcurre mediante la SE-9101. Una carretera característica por su estrechez y por el riego asfáltico de su composición, en lugar del ya tradicional aglomerado en caliente. Tiene igualmente su fin en el límite de provincia con Badajoz, siendo la localidad de origen en esta ocasión, Malcocinado, villa sevillana hasta finales del siglo XIX y actualmente perteneciente a la provincia pacense.