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Dos procesiones para estar con los suyos

La Virgen de la Granada de Guillena realizó ayer sus dos salidas tradicionales: la matutina y la vespertina

08 sep 2017 / 15:38 h - Actualizado: 08 sep 2017 / 23:38 h.
"Religión"
  • Procesión de la Virgen de La Granada de Guillena durante la mañana de ayer. / F.J.D.
    Procesión de la Virgen de La Granada de Guillena durante la mañana de ayer. / F.J.D.

El manto rojo sacramental de Nuestra Señora de la Granada se extiende, como su patronazgo, por toda la villa de Guillena. A él se acoge, tomando a la Virgen como protectora e intercesora. Y para que todos los devotos puedan disfrutar de su bendita presencia, en dos ocasiones recorre las calles de su pueblo. Ayer, solemnidad de la Natividad de la Virgen y día de su festividad, la Virgen de la Granada volvió a reencontrarse con Guillena en las dos procesiones que marca la tradición.

Tras la función principal la Virgen, con el Niño en sus brazos, atravesó el dintel del templo. Eran las 10.30 de la mañana y se vivía ya uno de los momentos más emotivos de la jornada, porque traspasaban esa puerta que en la víspera de Nochebuena de 2015 reventaron para concluir con el robo de las coronas. Y en esta ocasión la cruzaban estrenando las preseas que, en recreación de las sustraídas, le fueron impuestas el pasado mes de diciembre. Especial también fue el izado de la bandera con los colores de la hermandad en el Ayuntamiento al paso de la Patrona.

Los cohetes y las calles profusamente engalanadas por la hermandad y el Consistorio recibían a la comitiva, compuesta por las representaciones de las hermandades locales y los devotos de la Virgen. Una luminosa mañana, en la que la granada dorada que la patrona porta en su mano izquierda refulgía con el sol como faro y guía de los guilleneros, así como su símbolo y seña de identidad.

Pasadas las 13.00 horas, la Virgen realizó su entrada en la parroquia, para volver a salir a las 21.30 horas en la procesión vespertina. Tradición muy antigua que posibilitaba que, en esta segunda ocasión, los hombres que no pudieron acompañar a la Virgen en la procesión mañanera por encontrarse faenando en el campo, lo hicieran con todo fervor.

Dos, como las procesiones de la Virgen, son las bandas del pueblo. Y cada una de ellas puso sus más esmerados sones en una de las salidas de la patrona. La banda Villa de Guillena, por la mañana, y la de Nuestra Señora de la Granada, por la noche, dieron muestras del buen hacer musical de este pueblo.

Con representaciones de hermandades de los pueblos vecinos, como Torre de la Reina, Las Pajanosas, Gerena y otros pueblos del entorno, la patrona volvió a pasear por un recorrido similar al de la mañana aunque ampliado. En la confluencia de las calles Fernando Ortega con Cervantes, Guillena volvió a demostrar cómo quiere a su Virgen, agasajándola con una petalada y fuegos artificiales. Pasada la media noche volvió a hacer entrada en la parroquia, con toda Guillena rendida ante Ella después del doble reencuentro.