Dulce de récord para iniciar la Navidad en Morón

Apadis conmemora el Día del Discapacitado con su tradicional brazo de gitano gigante que ha batido todas sus marcas con 162 metros de largo

María Montiel marmondua /
30 nov 2017 / 14:56 h - Actualizado: 01 dic 2017 / 08:44 h.
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El sabor dulce del chocolate y la nata, mezclado con el bizcocho, da la bienvenida a la Navidad en Morón de la Frontera. En esta ciudad ni el encendido navideño, ni el esperado puente de la Constitución dan el pistoletazo de salida a las fiestas navideñas, aquí el brazo gitano de la Asociación Aruncitana de Discapacitados Psíquicos (Apadis) es el dulce inicio de las fiestas que, este año, ha vuelto a batir su propio récord.

Es noche cerrada en la localidad y los pasteleros se afanan en montar el pastel que durante semanas han amasado en el obrador de Tahona Parrillas. Llevan ya 19 años realizándolo y con la misma ilusión que el primer día esperan esa mañana donde el Pozo Nuevo se llena de vecinos solidarios con la asociación de discapacitados.

Corría el año 1999 cuando Apadis, con el objetivo de recaudar fondos, decide realizar un brazo gitano en conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se festeja el día 3 de diciembre. Poco imaginaban que este sería el inicio de una tradición que ya ha arraigado con fuerza en Morón de la Frontera. Este año estaba previsto realizar la actividad el miércoles aunque las previsiones meteorológicas hicieron posponerlo al jueves donde amanecía una mañana soleada en la ciudad, expectante por vivir su tradición señera.

Se vivían nervios antes de las diez, hora a la que estaba previsto el corte del dulce. Allí Isabela Campos, de la asociación, ultimaba todos los detalles para comenzar la venta. Aunque el objetivo en un principio era la construcción de una unidad de día, tras la finalización del edificio, con lo recaudado por la venta del pastel «se costean las necesidades de la asociación, fisioterapia, terapia con caballos que se le dan a los niños ahora, etc».

Este gran bizcocho recubierto de deliciosa nata comenzó con solo 30 metros para alcanzar este jueves 162, ocho más que el año pasado. Mesas y más mesas eran necesarias para este dulce que era degustado en la calle o también en los centros escolares. Muchos de ellos, como Los Salesianos llegaban ilusionados para comer su dulce con chocolate, otros colegios más lejanos preferían llevarse los dulces para degustarlos en los centros.

Y a pesar de la fría mañana, nadie se quería perder el ambiente en el centro con el dulce manjar que, además, como apuntaba Isabela, no solo se iba a superar el récord en metros sino en tiempo de degustación, «ya que hace media hora que hemos comenzado y ya se ha vendido la mitad».

El encargado de fabricarlo desde los inicios es Tahona Parrilla que se presta de manera desinteresada a realizar todo el pastel en el obrador de sus pastelerías. Allí se amasan planchas y planchas de bizcochos que luego rellenan con nata o chocolate para posteriormente cubrirlo también de una blanca nata que realizan durante la madrugada y pocas horas antes de comenzar la degustación.

Miguel Parrilla supervisa todo el proceso aunque desde hace algunos días en el obrador no se para de amasar. Lo hacen poco a poco y es «incalculable las horas que se tardan en hacerlo». Al finalizar la jornada «los pasteleros desinteresadamente comienzan a hacer el bizcocho que se congela para que esté en perfecto estado».

Eran las siete de la mañana cuando comenzaba el montaje de las mesas. A esa hora los voluntarios de Apadis ya estaban puntuales ayudando en todo lo que hacía falta. Paqui lleva colaborando desde los inicios y, mientras sirve chocolate, explica que «cada vez la gente está más concienciada con la asociación y colabora con la causa».

Cientos de docenas de huevos, así como kilos de harina y azúcar para endulzar la mañana a los moronenses con este manjar que está relleno de nata o chocolate y que se ha degustado por un euro, acompañado por chocolate. También se vendían porciones más grandes, a cinco euros, para aquellos que decidían llevar el rico dulce a casa.

Desde que se inició el reto ha sido llegar a la catedral de la San Miguel pasando por el Ayuntamiento. Muchos metros de dulce y de comensales que colaboran en esta causa solidaria de Apadis. Por ello, la meta, año a año, es vender este pastel que bate su propio récord.