-
Los romeros astigitanos salieron tras la misa de romeros en la parroquia de Santa María Nuestra Señora. Son los primeros de la provincia en hacer el camino. / M.R.
La primera de las 51 hermandades rocieras de la provincia de Sevilla ya está en marcha. Los romeros de Écija iniciaron este sábado su camino hacia la Aldea del Rocío con motivo de la Romería de Pentecostés 2018.
Un año más, la hermandad de Écija ha celebrado su misa de romeros en la parroquia de Santa María Nuestra Señora a las nueve de la mañana y se ha puesto en marcha pasadas las diez y cuarto. Es el camino número cuarenta y dos de los rocieros ecijanos, en una mañana algo gris que no ha conseguido enfriar los ánimos de los romeros.
Tras la tradicional misa en Santa María, los rocieros astigitanos subieron entre cánticos el Simpecado de la hermandad del Rocío de Écija a la carreta –que el año pasado estrenaba madera y plata restaurada– que ya lo lleva al Rocío. Esa misma carreta ha estado expuesta hace justo un mes en el patio de la casa de hermandad de la corporación rociera de Huelva, junto con la antigua carroza de la Hermandad de Bonares.
Alrededor de doscientos romeros acompañan al Simpecado ecijano en su camino de una semana a la Aldea, un número creciente desde el año pasado que la hermandad relaciona con cierta relajación de las apreturas económicas, en opinión de algunos romeros.
También sube la nómina de peregrinos la cada vez más abundante gente joven que acompaña la carreta ecijana. Una buena señal para los romeros más veteranos, que quieren ver asegurado el futuro de la hermandad.
Como una tradición ya establecida, los rocieros de Écija han cambiado también este año el recorrido por las calles de la ciudad antes de salir de la misma. En lugar de dirigirse hacia la Plaza de España, el Salón, la carreta con el Simpecado ha pasado este año por debajo del arco de Santa María y enfilado la calle Fernández Pintado en dirección a Santa Ángela y la iglesia del Hospitalito.
Antes ha sido regada con romero y pétalos por los fieles, que han detenido el Simpecado para cantarle al Rocío y a la primavera. Por la calle La Marquesa, los peregrinos han ido buscando la iglesia conventual de Los Descalzos, donde han parado para saludar a la hermandad de la Sagrada Mortaja, dando cumplimiento a otra tradición rociera: la de visitar a una corporación de la ciudad, algo que el año pasado hicieron con el muy venerado Cristo de la Salud, de la hermandad de San Gil, el Señor de Écija.
Tras cumplir con ese rito también, los romeros se presentaron ante la patrona de Écija, la Virgen del Valle, en su parroquia mayor de Santa Cruz y se dirigieron hacia la plazuela de Colón para llegar antes del mediodía a la plaza del Matadero, a tiempo para rezar el Ángelus y tomar luego por la calle John Lennon para dirigirse hacia la aldea almonteña por el Camino de los Romeros.
La primera parada del camino astigitano es en La Luisiana, donde hacen noche y a la que llegan por caminos, no por la vía de servicio de años anteriores. El lunes por la mañana tienen previsto cruzar el Corbones, como cada año, y hacer noche en la finca Alcaudete, en lugar de en El Viso, donde pernoctaron el año pasado, por repetir la experiencia de 2016, cuando tuvieron que parar en la localidad de los Alcores obligados por «la manta de agua que nos cayó encima», recuerdan los romeros ecijanos.
El viernes por la mañana, la hermandad del Rocío de Écija tiene previsto pasar el vado del Quema y el sábado cruzará el puente del Ajolí sobre las cuatro menos cuarto de la tarde. La presentación en la ermita almonteña no tiene una hora fija, pero los romeros ecijanos calculan que estarán ante la Blanca Paloma entre las seis y las seis y media.