EEUU sancionó a la aceituna de mesa con el voto particular de una comisionada

El gobierno de Trump sigue sin revelar los motivos por los que ha incrementado los aranceles

24 jul 2018 / 22:06 h - Actualizado: 24 jul 2018 / 22:55 h.
"Aceituna de mesa","Donald Trump"
  • Protesta contra los aranceles de EEUU a la aceituna negra de mesa. / Manuel Gómez
    Protesta contra los aranceles de EEUU a la aceituna negra de mesa. / Manuel Gómez

La imposición de medidas arancelarias que está poniendo en la cuerda floja al sector de la aceituna negra de mesa española –del que la sevillana es el máximo exponente– se tomó sin unanimidad por parte del Departamento de Comercio de Estados Unidos. Hasta tal punto fue el desencuentro de los miembros del comité, como se refleja en el acta de la votación a la que ha tenido acceso El Correo de Andalucía, que tres de los cinco miembros del comité votaron a favor, una componente del mismo votó en contra, y un quinto ni participó ni votó en la resolución definitiva.

De esta forma, la confirmación de los aranceles impuestos por el Departamento de Comercio el pasado 11 de julio del 34,75 por ciento, del que un 20 por ciento corresponde al procedimiento antidumping y el 14,75 por ciento restante al procedimiento antisubvención se tomó sin que los miembros del propio comité estuvieran de acuerdo totalmente.

A favor se pronunciaron el presidente del comité, David S. Johanson y los comisionados Irving A. Williamson y Rhonda K. Schmidtlein. Cuando terminó el debate se pronunció en contra la comisionada Meredith M. Broadbent. No se ha aclarado por qué el comisionado Jason E. Kearns no participó en estas investigaciones, y, por lo tanto, se abstuvo de votar en la decisión final tomada hace ahora 15 días.

Sin aclarar por qué se tomó una decisión de tal calado sin que hubiese unanimidad en el comité, este martes se firmó un nueva capítulo en el oscurantismo que este asunto está teniendo desde Estados Unidos. Durante la jornada del lunes se informó de que era el día previsto para comunicar oficialmente los motivos que habían llevado a sancionar a la aceituna española. Esto es que se iba a explicar con detalle el por qué de las sanciones, pero al cierre de esta edición nada se había informado.

La Asociación de Exportadores e Industriales de Aceitunas de Mesa (Asemesa), la patronal más importante del sector, estuvo en contacto durante todo el día con sus abogados al otro lado del charco, y poco antes de las 20.30 horas (hora española) les indicaban que el anuncio de comunicar los detalles quedaba anulado.

No obstante, para Asemesa las cartas están sobre la mesa. Los aceituneros no parecen dispuestos a esperar un día más sin tomar la iniciativa en este caso y ya han dado instrucciones a su representación legal en Estados Unidos para que en los tribunales se escuche, y bien alto, la voz del sector, con un recurso que será presentado oficialmente como muy tarde el próximo 12 de diciembre.

Así, se inicia la nueva vía, la judicial, para intentar echar abajo los argumentos estadounidenses, con la citada fecha del 12 de diciembre próximo ya en el horizonte, ya que ese es el día en el que será presentado oficialmente el recurso ante el Tribunal de Comercio Internacional del Sistema judicial de Estados Unidos, un órgano especializado que se ocupa de asuntos derivados de las leyes arancelarias y la imposición de derechos e impuestos.

Previamente, los empresarios españoles tendrán que esperar a que se publiquen oficialmente las razones que han llevado a imponer las sanciones, o al menos a que se le informe de ellas por escrito a los afectados, el trámite que se esperaba que este martes se hiciese oficial, sin que finalmente se llegase a realizar.

Cuando reciban el escrito, se iniciará un mes de plazo para comunicar al tribunal que se quiere presentar el recurso, y habrá un mes más, hasta el 1 de octubre, para indicar al tribunal lo que se quiere recurrir en concreto.

Lo positivo es que se trata de un tribunal que se dedica específicamente al tema que se quiere recurrir. Lo negativo, que su fallo es recurrible, y tarda, como mínimo, año y medio en pronunciarse por primera vez.

No obstante, el sector parece mentalizado, ya que los aranceles impuestos tienen una duración mínima de cinco años en el tiempo, de modo que si se consigue acortar algo en los tribunales se dará por bueno todo lo que se pueda conseguir. La batalla en los juzgados ha comenzado para un sector que no se resigna a ver pasar más tiempo sin pelear.