El ADN abre la puerta a una herencia millonaria a una pensionista

Una pensionista de Morón demuestra que es hija de un millonario que mantuvo una relación con su madre, lo que le permitirá cobrar tres millones de euros

María Montiel marmondua /
13 oct 2015 / 09:00 h - Actualizado: 13 oct 2015 / 21:21 h.
"Tribunales"
  • Carmen Gordo muestra su móvil con una foto de ella con su madre ya fallecida. / Pepo Herrera
    Carmen Gordo muestra su móvil con una foto de ella con su madre ya fallecida. / Pepo Herrera

Un recuerdo lejano de su padre atesora Carmen en la retina. Era muy pequeña cuando vio por última vez a su progenitor, aunque desconociendo quién era ese señor que asiduamente visitaba su casa situada cerca de la iglesia de San Miguel en Morón de la Frontera.

Han pasado más de 60 años y, ahora, unas pruebas han dado la razón a Carmen Gordo quien ha tenido que esperar más de cinco años para conocer finalmente las pruebas de ADN que aseguran, con una coincidencia de más del 99%, que un acaudalado empresario de Morón es su padre. Un porcentaje que abre la posibilidad de que esta pensionista «herede más de tres millones de euros de su padre biológico», tal y como asegura el abogado Fernando Osuna, quien tras mucho tiempo ha recibido estas ansiadas pruebas.

Fue en los años cuarenta cuando su madre entró a servir en la casa de un matrimonio acaudalado. Allí conoció al empresario con el cual mantuvo una relación extramatrimonial fruto de la cual nacía la demandante. Una historia de amor desconocida para Carmen que jamás preguntó a su progenitora quién podría ser su padre. El temor a «hacerle daño con mis preguntas» impidió a esta vecina de Sevilla descubrir los hechos hasta cuando ya era mayor y «mi familia me contó realmente cómo sucedieron los hechos».

La madre de la demandante tenía tan solo 20 años cuando se quedó embarazada del empresario –que era 26 años mayor que ella– después de entrar a trabajar en su vivienda como asistente doméstica. Una relación que duró hasta que fue despedida, poco después de hacerse público su embarazo, cuando la mujer del millonario moronense se enteró de los hechos. No obstante, jamás se desentendió de ella comprándoles incluso una vivienda para la comodidad de ambas.

Sin embargo, a los pocos años, la presión de un pueblo que silenciaba los embarazos fuera del matrimonio obligó a Carmen y a su madre a marcharse a la capital para poder vivir alejadas de los rumores. Una vida dura que Gordo narra recordando y respetando la memoria de su madre a la que «jamás he querido lastimar o afectar por este tema».

Fue tras fallecer la misma y «al conocer un caso parecido», cuando esta pensionista decidió que era el momento de reclamar las pruebas de paternidad para comprobar si esa historia era realmente verdad y poder así reclamar «lo que también es mío».

A pesar de vivir con una pensión de 700 euros, la herencia millonaria «no me preocupaba lo más mínimo». Ha sido la tranquilidad de poder ofrecer a sus dos hijos una estabilidad económica lo que ha movido a esta moronense a reclamar esta paternidad que unas pruebas dan por asegurada.

Carmen se marchó hace muchos años de Morón, sin embargo la historia de sus padres es conocida en la ciudad. De hecho, hay testigos que aseguran haber visto a su padre «entrar y salir de la vivienda». Y Aunque la demandante no quiere ofrecer muchos detalles de su familia paterna, sabe perfectamente quiénes son «por casualidades de la vida». Ahora podrá encontrar una hermana que tendrá que repartir la herencia dejada por su padre, fallecido hace más de 30 años. Una batalla legal que continúa, pero ahora con la tranquilidad de haber escuchado «lo que llevaba tanto tiempo esperando oír». ~