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Manifestación de apoyo al alcalde y a la edil de Festejos denunciados por la quema de un muñeco que representaba a Ana Julia Quezada. / F.C.
Si los juicios los ganasen o perdiesen los pueblos, el alcalde de Coripe, Antonio Pérez, y su concejal de Festejos, Irene García, habrían salido ayer de la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Sevilla con su caso archivado. Habría que buscar en los archivos judiciales para ver una demostración similar de apoyo popular a un regidor y su edil como la vivida ayer en torno al edificio judicial de San Bernardo en la capital hispalense.
Ambos acudieron a responder de una acusación de odio, en medio de unos vecinos que a las 8.30 de la mañana se subieron a dos autobuses pagados por ellos mismos para acompañar a ambos a la Fiscalía. Tras ellos, el alcalde viajaba en su coche acompañado de la concejal y la abogada de ambos.
Fue una declaración de algo menos de una hora, en la que los dos repitieron ante la fiscal lo que ya habían argumentado tras toda la polémica vivida desde el pasado Domingo de Resurrección, que la fiesta en cuestión, ni el pueblo, son racistas.
Antonio Pérez insistió ante la fiscal que en la fiesta en la que fue quemada la figura de Ana Julia Quezada, la asesina confesa del niño Gabriel, no hubo racismo ni xenofobia, subrayando a la salida ante los periodistas y arropado por sus vecinos que con la quema de la figura de un personaje en la fiesta de Judas el Domingo de Resurrección lo que se pretende es «matar el mal», y en este caso el mal estaba representado por la asesina del niño Gabriel Cruz en Almería.
Según el regidor, en la quema de Judas han sido representados «miles de políticos, banqueros, árabes y todo tipo de personajes».
Una de las cosas que la Fiscalía le preguntó, y que precisamente estaba en la propia citación de la jornada de ayer, era por las personas que profirieron gritos racistas, lo que se aprecia en los vídeos difundidos tras el acto en las redes sociales. Pérez aseguró que no identificó a nadie que profiriera insultos o alguna forma de «vejaciones racistas y violentas» como asegura la denuncia presentada por el Movimiento Contra la Intolerancia, que adjuntó los citados vídeos de esta fiesta.
El edil recordó que su pueblo tiene poco más de 1.300 habitantes y que ese día en la plaza principal había casi tres veces más, con lo que identificar a alguien en las grabaciones sólo por las voces se antoja, recordó, complicado.
Con todo, el alcalde manifestó que en la fiesta, cuyo origen se desconoce en el pueblo, han sido representados «políticos, banqueros, árabes y todo tipo de personajes» con lo que entiende que se ha dado más importancia al hecho protagonizado este año que a personas de más resonancia que años pasados han «protagonizado» la misma cita festiva.
De la declaración de su concejal de Festejos no trascendió nada por boca de ella, ya que no quiso atender a los medios de comunicación a la salida de la misma.
A los dos les esperaban los vecinos, casi 150, con una pancarta en la que se leía «Coripe no es racista».
Ahora queda por saber qué trámite seguirá este asunto. Fuentes de la Fiscalía informaron a esta redacción de que la declaración de este miércoles será estudiada por la fiscal para determinar uno de los dos pasos a seguir: el archivo o nuevas tomas de declaraciones. Si se decide seguir adelante, la fiscal tiene intención de llamar a los denunciantes, el Movimiento contra la Intolerancia.