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Una pala excavadora retira la basura acumulada al margen de un camino. / Á. R.
El alcalde de Los Palacios y Villafranca, Juan Manuel Valle (IU), ha emprendido una particular «guerra al guarro», como él mismo la ha llamado en sus perfiles de redes sociales para «conseguir un pueblo limpio». Para ello, además de los recursos habituales de cualquier Ayuntamiento, ha lanzado un mensaje de complicidad a los ciudadanos para que ayuden y no duden en «comunicar ante la Policía Local actuaciones de quienes arrojen escombros y basuras incumpliendo la normativa». Para el primer edil palaciego, «hoy es muy fácil grabar o fotografiar con un móvil», insistió.
Valle no solo se refiere a la costumbre de llenar de basura los contenedores callejeros desde por la mañana, a pesar de las indicaciones municipales de que el horario para arrojar los desechos es de 21.00 a 23.00 horas, sino, sobre todo, a los escombros que determinados palaciegos arrojan indiscriminadamente por veredas y caminos rurales o incluso en las cercanías del humedal El Cerro de las Cigüeñas, que acaba de conseguir por parte de la Junta la consideración de Reserva Ecológica. El Cerro de las Cigüeñas, a unos tres kilómetros del núcleo urbano, ocupa casi diez hectáreas de propiedad municipal y fue precisamente el resultado de la clausura de un antiguo vertedero de residuos sólidos urbanos sellado hace veinte años. Desde entonces, los distintos equipos de gobierno, del PSOE hasta 2011 y de IU hasta ahora, han luchado por mantener limpio tal entorno, aunque en los últimos meses, sobre la consecución del sello Reserva Ecológica para la laguna, se ha desencadenado otra batalla política porque los socialistas insisten en que el actual alcalde se ha desentendido del medio ambiente mientras que Valle recuerda que el Cerro de las Cigüeñas ha tenido muy cerca un vertedero ilegal e incontrolado de escombros precisamente porque el anterior alcalde, Antonio Maestre, lo permitió pensando en subir la cota de los terrenos para el frustrado proyecto de Agrópolis, y lo que ha hecho justamente su equipo de gobierno ha sido sellarlo.
En cualquier caso, determinados «incívicos», como insiste en señalarlos el alcalde, continúan con su práctica de arrojar escombros en cualquier parte. Además, es habitual ver junto al contenedor de cualquier calle el cabecero de una cama, un frigorífico o un colchón. «Si tienes que tirar cualquier mueble, puedes llevarlo al punto limpio de El Muro, de lunes a sábado, o llamar al Ayuntamiento para que lo recojan en tu casa», explicó el concejal de Medio Ambiente, Jesús Condán, que insistió: «Es que tenemos un camión disponible para la retirada de muebles precisamente». Hasta hace unos años, el punto limpio municipal se encontraba en el reformado parque Puente Verde, pero se cerró, y allí se proyecta una pista de patinaje y skate que se financiará gracias al próximo plan Supera de la Diputación. Desde entonces, el punto limpio se encuentra en el polígono industrial El Muro, y es gestionado por la empresa Guadaíra Servicios Ambientales (GSA). Precisamente estos días se volverá a licitar el servicio. «Si todos ponemos de nuestra parte, es posible disfrutar de un medio ambiente saludable, porque no cuesta trabajo ir al punto limpio o usar los contenedores», lamentó el alcalde.