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Los propietarios de fincas en el monte calcinado han perdido su modo de vida, según el alcalde. / José Manuel Vidal (Efe)
El incendio de El Castillo de las Guardas que, al cierre de esta edición, al fin se había dado por «controlado» –que no extinguido– tras tres días de incansable trabajo de los efectivos del Plan Infoca, no solo ha devastado casi 2.000 hectáreas de matorral, encina y eucalipto, sino que también ha destruido el «modo de vida» de muchos de los habitantes de este municipio. Consciente de este problema añadido a los «100 años que tardarán en repoblarse los montes calcinados», el alcalde castillero, Gonzalo Domínguez, se ha cargado a la espalda la responsabilidad de llamar a la puerta de todas las administraciones para solicitar «algún tipo de ayuda o subvención» que pueda paliar el desastre económico que han dejado las llamas a su paso por la localidad.
Domínguez aseguró que «ayer ya es tarde, por lo que desde primera hora estoy visitando las delegaciones territoriales de Medio Ambiente y Agricultura, así como la Delegación del Gobierno, para empezar a tramitar algún tipo de ayuda» destinada a quienes se han quedado sin su principal sustento. «Voy a luchar con uñas y dientes por mis vecinos», advirtió, señalando que espera que la Junta, la Diputación y el Gobierno central «tengan sensibilidad suficiente para crear o proporcionar» ese auxilio económico a las familias.
Porque las fincas que poseen muchas de ellas son, según el regidor, el potencial económico de El Castillo de las Guardas, donde el campo ahora es «un desolador desierto negro» en el que también se verán afectadas la crianza del cerdo ibérico –debido a la quema de encinas– y la de toro bravo, cuya ganadería en la zona ha quedado reducida a un 25 por ciento.
Por eso, Domínguez cuenta con todo el apoyo de sus paisanos, quienes le han transmitido expresamente su «confianza» y afirman que le acompañarán «donde haga falta» para conseguir esas subvenciones.
Mientras tanto, las autoridades están realizando un «intenso» trabajo para buscar a los responsables tanto de este incendio como del resto –hasta 25– que se han producido en la zona en los últimos tiempos. Así lo destacó el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, al tiempo que remarcó el «seguimiento especial» en la zona de El Ronquillo, donde también se vigilan los Lagos del Serrano.
En cuanto a la hipótesis inicial, que apunta a «dos focos muy dispersos intencionados aunque otros hablan e cuatro», según Sanz, «lo más probable es que sea un incendio intencionado, si bien no hay que barajar motivos ni sospechosos porque hay una investigación abierta llevada a cabo por la Guardia Civil», a lo que añadió que «hay esperar al resultado de la investigación antes de hablar de un sospechoso en concreto, ya que no se pueden sacar conclusiones de antemano».
Por otro lado, al ser preguntado por «las quejas» trasladadas por los 80 vecinos desalojados de las pedanías castilleras de La Archidona y La Alcornocosa –que pudieron volver a sus casas lunes por la noche–, el delegado del Gobierno apuntó que ha vivido in situ situaciones de este tipo y requieren de una «labor muy compleja». «A priori se tornan para la prevención de las familias por si un cambio de viento dificultara las labores de extinción, pero a veces cuesta mucho trabajo que las familias lo dejen todo y se marchen de sus viviendas», sentenció.